Los secretos del crecimiento económico de la antigua Magdala, supuesta ciudad natal de María Magdalena

En Magdala, los arqueólogos han descubierto un gran mercado con 28 tiendas, alrededor de 300 pesos para la pesca, 40 piscinas y más de 4000 monedas antiguas acuñadas en Jerusalén

Restos de la sinagoga de Magdala
Las excavaciones e investigaciones realizadas en torno al Mar de Galilea han dado mucha luz a la historia de los pueblos de esta región Galilea y de sus pobladores, sobre todo durante el siglo I d. C.

En Magdala, la ciudad natal de la bíblica María Magdalena, los arqueólogos han descubierto un gran mercado con 28 tiendas, alrededor de 300 pesos para la pesca, 40 piscinas y más de 4000 monedas antiguas, la mayoría de ellas acuñadas en Jerusalén. Observando todos estos datos, en su conjunto, los hallazgos apuntan a que pudo haber unas interacciones comerciales a gran escala entre Magdala y otras muchas ciudades antiguas, pero no sólo en Galilea sino también en Jerusalén y en otros puertos del Mar Mediterráneo, como Cesárea Marítima.

Restos del mercado de Magdala
Las fuentes históricas, tales como Flavio Josefo, Cicerón, Suetonio y Estrabón, nos indican que la exportación de pescado salado fue tan exitosa que Magdala (también conocida como Taricheae) pronto se convirtió en una ciudad autosostenible. Estrabón, concretamente, elogia el excelente pescado de Taricheae, que estaba disponible y era muy apreciado en los mercados romanos. El nombre Tarichos ("pescado salado") se convirtió en una "marca" internacional de la ciudad, que incluía productos como una especia de pescado en escabeche que se vendía a Roma.

En 2010, el doctor Luis Barba, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que trabaja en colaboración con la Universidad Anáhuac de México en una investigación científica y técnica sobre Magdala, hizo una exploración geofísica sobre esta zona, a lo largo de unos treinta mil metros cuadrados. El mapa digital resultante del sitio reveló unas estructuras y calles bajo el suelo y la suciedad. Hasta ahora, podemos ver que hay seis calles y seis estructuras, además de las que ya se han excavado.

Galilea es uno de los lugares más sugerentes del Nuevo Testamento. No hay que perder de vista que Galilea es la región en la que sucedieron muchas de las escenas que nos han llegado sobre la vida de Jesús de Nazaret. Así que, gracias a todo lo escrito sobre Jesús, conocemos aspectos como la forma de vida judía, los puertos y la industria pesquera de esa zona, en el siglo I d. C.

Piscina pesquera de Magdala
El puerto de Magdala cuenta con unos 700 metros de largo, de los cuales ya se han excavado unos 500 metros, y pudo albergar numerosos barcos en la antigüedad. Asimismo, había muchos otros puertos a lo largo del mar de Galilea, pero la gente del pueblo de Magdala pudo haber desarrollado una industria de salazones más próspera.

Geográficamente, Magdala se encuentra en el cruce de una importante vía romana que llevaba de la Baja Galilea a Damasco. Después de la fundación de Tiberíades, en el año 19 d. C., esta ciudad pudo haber establecido relaciones comerciales favorable con Magdala, al igual que los romanos a través de la vía que llevaba a Jerusalén.

La doctora Ruth Jackson, especializada en vidrio antiguo y asesora de los estudios de Magdala sobre este material, apunta que esta antigua ciudad también pudo haber producido recipientes de vidrio. De hecho, se han encontrado pruebas de fabricación de vidrio, tales como materiales de desecho de vidrio y más de 1800 piezas de este mismo material, algunas completas y muchas otras para ser restauradas. La producción del vidrio pudo haberse desarrollado gracias al uso de una serie de hornos móviles, que se colocaban debajo de la superficie del suelo. En la práctica, estos hornos pudieron haber sido transportados por los artesanos hacia cualquier lugar que fuera necesario para su uso.

Recipiente de vidrio descubierto en Magdala
Otras fuentes históricas nos hablan sobre la fabricación de metal en Magdala. Hasta ahora, los arqueólogos han encontrado residuos metalíferos, pero no han hallado evidencias de ningún taller del metal.

Las fuentes de ingreso de Magdala pudieron permitir a sus habitantes levantar edificios costosos y bien construidos, como la sinagoga y los baños rituales judíos abastecidos por aguas subterráneas, del siglo I d. C., hallados en las excavaciones arqueológicas. De hecho, Magdala es la única ciudad de Galilea, hasta el momento, en la que se ha encontrado una sinagoga del siglo primero con frescos, mosaicos y un modelo único de Segundo Templo tallado en piedra.

El mercado, los bancos de pesca, las pesas para pescar, los materiales del puerto y el vidrio demuestran que Magdala fue un lugar importante para el comercio. Su situación geográfica le dio ventaja sobre otros pueblos de Galilea, como Cafarnaún, Corazín y Betsaida. Junto con la sinagoga y los baños rituales judíos, el material encontrado en Magdala nos da testimonio de una comunidad que le daba un gran valor a sus tradiciones judías y que potenciaba su riqueza económica.

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