En
Sevilla, en el solar del antiguo “foro imperial”, se construye la mezquita aljama
de Ibn Adabbas en época emiral
Paseo por Sevilla y
percibo que hay calles, incluso barrios, que no han cambiado mucho en su forma
desde antiguo. Se me ocurre imaginar que
las ciudades históricas son como palimpsestos, es decir, como antiguos manuscritos que conservan la huella de una escritura anterior, pero
que se borran artificialmente para reutilizar su soporte. Pienso que el casco
antiguo de Sevilla es como uno de esos pergaminos, se reutiliza una y otra
vez, pero que siempre conserva la esencia de las culturas que le precedieron.
En la actualidad no conocemos demasiados detalles del
antiguo urbanismo de la Hispalis romana. Sólo se asoman al presente algunos
restos difusos, como los que se muestran en la plaza de la Encarnación o en el
Patio de Banderas. No obstante, en mi opinión, hay dos ítems que marcan el
devenir del urbanismo medieval sevillano. Se trata del trazado del perímetro
amurallado, que abrazaba un núcleo escasamente hipodámico, y la ubicación de los dos foros, que articulaban
las calles de la ciudad. El “foro imperial”, que se ubicaba en la zona de la actual
plaza del Salvador, y el “foro portuario”, en la plaza Virgen de los Reyes.
En tiempo de
al-Ándalus, se comienza a conformar la nueva estructura de la madina sevillana. En el solar del
antiguo “foro imperial”, en época emiral, se
construye la mezquita aljama de Ibn Adabbas y, por tanto, se mantiene como centro
articulador de la vida de la ciudad. Más tarde, para evitar insurrecciones
durante el gobierno de Abd al-Rahman III, se demuele parte de la muralla de la
ciudad y se fortalece el Dar al-Imara, la Casa del
Gobernador.
Con la dinastía de los ‘abbadíes,
en el siglo XI, el Dar al-Imara es integrado
en la estructura urbana y ampliado con la construcción
del Qasr al-Mubarak o Alcázar
Bendito. Asimismo, en los años que siguen, las defensas de la ciudad son ampliadas y fortalecidas con los
muros de tapial, los torreones cuadrados y las puertas de acceso acodado
que, en cierta medida, hoy se pueden contemplar.
Sevilla
pasa a ser la capital de al-Ándalus en época almohade. Bajo el mandato de Abú Yaqub Yusuf
se inicia un vasto programa urbanístico del que cabe destacar la reconstrucción de la muralla y del alcázar,
la creación del puente de barcas sobre el río Guadalquivir, la recuperación del
acueducto romano de los Caños de Carmona, la planificación de la nueva
Alcaicería, y la construcción de la
nueva mezquita alhama y su alminar (la Giralda) en el solar de la actual
catedral gótica. Además, se urbaniza parte de los solares baldíos de intramuros
con la creación de barrios como el actual de San Vicente.
En
1248 los cristianos conquistan Sevilla y continúan, en cierta medida, con el proceso urbanístico almohade. Con
el tiempo se derriban adarves, se abren nuevas plazas y se cambian mezquitas
por iglesias, pero siempre manteniendo la huella en el palimpsesto de la
Sevilla histórica que es.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía|
Medianero Hernández, José
M. Historia de las formas urbanas
medievales. Sevilla, Universidad de Sevilla, 2004
Imagen|
Despertaferro
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