Franco aprovechó la coyuntura para levantarse en armas
contra la Segunda República y dar un golpe de estado
Imagen de Francisco Franco |
El alzamiento militar se produjo, ciertamente, el día 17 de julio en
Melilla y se extendió rápidamente por todo el Marruecos español, al día
siguiente la rebelión llegó a la península.
Uno de los primeros bastiones que consiguieron los golpistas
fue Sevilla, a manos de Queipo de Llano,
que se encontraba en la ciudad accidentalmente, seguido por Cádiz, con los
generales Enrique Varela y López Pinto al frente, y por Granada y
Córdoba que se rindieron a los rebeldes. Resistieron las ciudades de Jaén,
Málaga, Almería y Huelva que se declararon leales a la República.
En Barcelona, los rebeldes se sublevaron contra la República con Goded al mando, pero
republicanos y anarquistas aunaron fuerzas y pusieron fin a la reyerta con la
captura de Goded y con un comunicado
que obligaba a que depusieran las armas. Este hecho dio ánimos renovados a los
partidarios de la República, aunque no salió del todo bien ya que los
anarquistas se hicieron dueños y señores de la ciudad y el gobierno perdió el
mando.
En Madrid, Cesares
Quiroga, jefe del gobierno republicano, dio paso a José Giral que proveyó de armas a los partidos de izquierdas y
sindicatos para luchar a favor de la República, eran pocas armas ya que el resto
se encontraban en el Cuartel de Montaña,
sitiado por los derechistas con Fanjul al mando. Este acontecimiento dio paso a
una sangrienta batalla y al bombardeo del fuerte que acabó con la ejecución de Fanjul.
A partir de este momento, numerosas victorias y derrotas
sacudieron a la República. Las ciudades industriales permanecieron fieles al
gobierno, mientras que las zonas agrícolas quedaron en manos de los sublevados.
Este panorama dio lugar a tres años de una guerra civil encarnizada con la
resistencia republicana al norte, en el centro y al este de España y con los
rebeldes controlando el noroeste, sudoeste y centro del país.
Al parecer, algunos autores afirman que en la Segunda República no existía un
ambiente belicoso, ni que los rebeldes tuvieran apoyos extranjeros, aunque hay
otros como Ángel Viñas que alega que esa intervención extranjera fue la mecha
que incendió la revolución.
Mussolini planeó junto
con los golpistas el levantamiento y además, les suministró abundante material
armamentístico para facilitar el golpe, al igual que Hitler que apoyó a las fuerzas derechistas dotándolos de armas
para acabar con el gobierno.
Asimismo, Viñas
cree que Mussolini estaba en contacto directo con un círculo cercano a Calvo Sotelo, ya que éste sentía animadversión
por la República. Verdaderamente lo que quería
Mussolini era apoyos y lograr una posición preferente en el Mediterráneo
Occidental.
El asesinato de Calvo Sotelo no fue el detonante de la
revolución porque hay contratos firmados con anterioridad al levantamiento que
demuestran que Sotelo estaba al
tanto de todo, de hecho, los monárquicos estaban al corriente de la situación.
Otro de los argumentos que dieron los rebeldes fue que la Unión Soviética planeaba un levantamiento
y que por eso se sublevaron, aunque esa teoría no tiene sentido ya que Stalin no intervino hasta septiembre
enviando material a los republicanos.
Autor| Rosa Mª Huertas Franco
Vía| Huffingtonpost
Imagen| Ecorepublicano
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