Algunos monjes budistas se sometían a un
proceso de momificación estando todavía con vida
Sokushinbutsu momificado |
Algunos monjes budistas se sometían a un proceso de
momificación, estando con vida todavía. A estos monjes se les llamaba Sokushinbutsu y una de sus metas era la de morir de
una forma lenta y dolorosa, cuyo proceso podía durar hasta diez años.
Se piensa que esta singular tradición se llevó a cabo durante 900 años y que su metodología
se realizaba en varias etapas. En la
primera, el monje iniciaba una drástica reducción
de su grasa corporal para evitar la descomposición de su cuerpo. En la
siguiente, se limitaba la toma de líquidos con la intención de conseguir la
pérdida de sus fluidos corporales. Y, en la última, se construía una especie de
zulo subterráneo donde se colocaba
un ataúd.
En este tétrico lugar, el asceta se posicionaba y se
dedicaba a las oraciones. De hecho, el monje seguía respirando por un tubo de
bambú y, cada cierto tiempo, hacía sonar
una campanilla para informar de que continuaba con vida. Cuando el tintineo
dejaba de oírse era la señal inequívoca de que el religioso había expirado y de
que era la hora de enterrarlo por
completo.
Al cabo de un tiempo, el cuerpo era desenterrado y el monje aparecía momificado.
Autor| Antonio Pascual
García
Imagen| Tejiendo
el Mundo
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