Los enfermos de kuru perdían el control de su
sistema nervioso y de los músculos faciales
Habitantes de Nueva Guinea |
Fue a finales de los años cincuenta cuando surgió la
noticia de que una extraña enfermedad se
extendía por los pueblos de las tierras altas de Nueva Guinea. Los
periódicos de todo el mundo mostraron en sus titulares los estragos de la singular
dolencia y afirmaban que los portadores de la enfermedad reían hasta morir.
Según parece, los pacientes perdían el control de su
sistema nervioso y de los músculos faciales, lo que les provocaba toda clase de grotescas muecas parecidas a la risa.
En medio del caos, fueron dos antropólogos culturales los que descubrieron el
motivo de la enfermedad llamada Kuru.
Ambos explicaron que los foré habían iniciado unos rituales funerarios en los
que los familiares femeninos se comían el cerebro de los muertos. He ahí la
clave del problema.
La rara enfermedad, que actualmente está erradicada, era
provocada por el consumo de una proteína infecciosa ubicada en los cerebros
humanos durante sus rituales funerarios. Con el tiempo,
los foré eliminaron sus ritos
canibalísticos y la enfermedad del Kuru desapareció.
Autor| Antonio Pascual
García
Imagen| Sanar
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