El
califa Abd al-Rahman III quiso una ciudad tan grande como su poder
Madinat
Al-Zahra fue mandada construir por el primer califa de al-Ándalus, Abd al-Rahman III al-Nasir (891-961), quien dispuso fundar una
ciudad palatina a la que llamaría “la ciudad brillante”.
Madinat Al-Zahra se
encuentra en Sierra Morena, a unos ocho kilómetros de la ciudad de Córdoba. El Califa
andalusí quiso una ciudad tan grande
como su poder y la edificó en tres terrazas por el desnivel que presenta el
terreno.
La
primera terraza se corresponde a la zona residencial del califa y domina toda el área del Norte. La
central con la zona de la administración y de las viviendas de los más importantes
funcionarios de la Corte. Y, por último, la tercera terraza se destinó a la gente
del pueblo y los soldados. Ahí es donde se encontraba la mezquita, los
mercados, los baños y, además, los jardines públicos. Cada terraza se encuentra
separada de las demás por reducidas
puertas y espacios porticados. En este caso, la puerta norte está
constituida a base de sillares de piedra y es la que abre el recinto llamado
“el camino de los Nogales”.
En el conjunto, destaca
la casa militar o del ejército, que tiene
una planta basilical constituida por cinco naves y otra perpendicular al lado
sur. El suelo es todo de ladrillos, los muros se encuentran pintados en blanco
y el zócalo en almagre. Los capiteles de las columnas alternaban los pigmentos
azules y rojos.
Fotografía aérea de Madinat Al-Zahra |
En
frente de la plaza de armas se encuentra, en gran pórtico formado por un arco central de herradura
y catorce arcos escarzanos, el salón oriental o salón de Abd
al-Rahman III, que es el eje central del recinto palaciego. Se trata de un
salón de grandes dimensiones donde se celebraban las fiestas, las ceremonias y la
recepción de embajadores extranjeros. Su construcción duró casi tres años. Cuenta
con una planta basilical, dividida en tres naves longitudinales y otra
transversal en su entrada, que hace las veces de pórtico. Se encuentran rematadas
por arcos ciegos de herradura, que
están sostenidos a su vez por columnas de mármol, que alternan los tonos
rosados con los azules claros. Los fustes de las columnas aparecen rematados
por los capiteles de avispero. Las
paredes están labradas con paneles que representan el árbol de la vida. En el interior
de esta estancia se encontraría el trono.
Fuera
del recinto amurallado se encuentra la Mezquita Aljama, cuya construcción se realizó entre
los años 941 y 945, y es de planta rectangular orientada hacia La Meca.
En la casa de la Alberca se conservan dos de las
arquerías que daban al patio, formadas cada una por tres arcos de herradura
que se encuentran profusamente decorados con atauriques, y un baño de unos 80 metros cuadrados.
La
Casa de Yafar, con
decoración de losas de mármol blanco, destaca por la decoración de ataurique de
la fachada con temática vegetal y geométrica. Cuenta con tres naves longitudinales que se comunican entre sí
mediante puertas rematadas por arcos de herradura y nave transversal abierta al patio.
En
el punto más elevado del Alcázar se encuentra la casa Real, decorada con atauriques labrados en
placas de piedra adheridas a los muros. Las dependencias están extendidas a lo
ancho y algunas decoradas a base de incrustaciones de piedra caliza blanca, que
dibujaban cenefas geométricas.
Cuando Madinat Al-Zahra
se abandonó, comenzó su progresiva destrucción con saqueos y llegando
finalmente a su olvido total.
Autora| Ingrid
Medrano Cortés
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