Los enterramientos aparecen acompañados frecuentemente
de ciertos materiales propios de cada cultura
En la entrada anterior analizamos por qué
enterramos a nuestros muertos desde tiempos prehistóricos y, además, distinguimos
el ritual de incineración entre otros. En adelante trataremos de analizar cómo se desarrolla el funeral de la cremación
y, sobre todo, cómo se reconstruye ese
ritual a partir del registro arqueológico.
La
primera fase del antiguo ritual de la cremación es la preparación de la pira en la que se va a quemar al difunto. Pero
¿cómo determinamos el combustible usado en una hoguera a partir de sus restos?
La arqueología se vale de ciencias auxiliares como la antracología para el estudio de los carbones. Nos puede
proporcionar una valiosa información cronológica, datando los restos por el
método del radiocarbono, y tipológica, determinando las especies vegetales
usadas como leña en la hoguera.
Los estudios paleoambientales comparativos,
por otro lado, determinan la disponibilidad de ciertos recursos en esa
zona. Las conclusiones que se pueden extraer son tan dispares como la
temperatura alcanzada por el fuego o el status del difunto.
¿Se puede determinar el tiempo de
duración del ritual de la cremación? No es fácil de establecer,
pero puede deducirse por el tamaño, la apariencia y la morfología de los restos
óseos. En algunos casos se detectan cremaciones incompletas debidas,
posiblemente, a factores como las condiciones meteorológicas del momento o la
condición física del cadáver.
¿Cómo sabemos si una misma cultura
empleó diferentes modalidades de este ritual? Lo deducimos por la
evolución y la utilización de los quemaderos. Pueden darse casos en los que conviven
varias formas rituales simultáneamente. Una misma cultura puede practicar
simultáneamente incineraciones primarias y secundarias, e incluso puede variar
el número de las cremaciones realizadas en un mismo quemadero. Se advierte
fundamentalmente en el grosor de la capa de cenizas que se extrae del perfil
estratigráfico. Los resultados son normalmente de tipo social.
Los enterramientos aparecen acompañados frecuentemente
de ciertos materiales propios de cada cultura. En este caso, es
imprescindible diferenciar la funcionalidad de los diferentes elementos
encontrados, ya que puede tratarse del contenedor de los restos óseos, de los instrumentos
usados durante el ritual, del ajuar funerario o, simplemente, de parte de la indumentaria
o del adorno personal del difunto. La riqueza del enterramiento es un buen
síntoma del estatus social del individuo, aunque no es concluyente.
Se
dan casos, aunque menos frecuentes, en los que aparece el cadáver acompañado de restos de animales, sobre
todo en las cremaciones prehistóricas. Los restos de fauna interesan porque
ayudan a la reconstrucción de los ritos funerarios y a la detección de la
estación del año en que se produjo la cremación. Asimismo, abre otros campos de
investigación orientados a la extracción de información de tipo social o
económico.
En el
siguiente artículo, el último sobre el ritual de la cremación, analizaremos las
características físicas de los restos
óseos e identificaremos los caracteres físicos de los individuos a partir
de sus restos cremados.
¡No te pierdas la tercera parte de esta artículo!
¡No te pierdas la tercera parte de esta artículo!
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía|
Gejvall,
N.G. (1980): Cremaciones. En Brothwell, D. – Higgs, E. (Eds): Ciencia
en Arqueología. México. Fondo de cultura económica
Imagen| Celtiberia
Comentarios