Los conejos eran una parte
fundamental de la dieta de los seres humanos modernos pero no de los neandertales
Un neandertal cazando un conejo |
Al
pensar en la extinción de los neandertales, hace unos 30.000 años, puede que
los conejos no sea lo primero que se nos venga a la mente. Pero la forma en la que los conejos fueron
cazados y comidos, o no, por los neandertales y los humanos modernos pueden
darnos algunas pistas fundamentales para esclarecer por qué una especie se
extinguió mientras que la otra permaneció.
El
doctor John Stewart, profesor asociado de Paleoecología y Cambio Ambiental de
la Universidad de Bournemouth (BU), forma parte de un equipo de investigación que
se ha encargado de analizar los datos que
ofrecen los restos óseos de los conejos encontrados en las excavaciones arqueológicas
de las cuevas de la Península Ibérica. Se ha percatado de que mientras que los
conejos eran una parte fundamental de la dieta de los seres humanos modernos y,
sin embargo, eran relativamente poco consumidos
por los neandertales.
“Los
conejos son originarios de Iberia y son un tipo de recurso muy especial, ya que
se pueden encontrar en gran número, son
relativamente fáciles de atrapar y son predecibles”, dijo Stewart. “Esto
significa que son una buena fuente de alimento que hay que tener en cuenta. El
hecho de que parezca que no lo fuera para los neandertales sugiere que se
trataba de un recurso al que no tenían
acceso de la misma forma que los humanos modernos”.
El
hecho es que los neandertales, asociados generalmente a un tipo de caza de grandes presas a corta distancia en zonas arboladas,
eran aparentemente incapaces de atrapar y matar a estas criaturas. La situación
se agravó con los rápidos cambios del medio ambiente. “El clima estaba
cambiando y la ecología estaba disminuyendo el volumen de animales que eran capaces
de cazar”, explicó Stewart. “Si los neandertales estaban más vinculados a los
grandes mamíferos, su carencia pudo haberlos
arrastrado a la extinción”.
La
evidencia de que los humanos modernos tenían una mayor capacidad de cazar en
grandes espacios abiertos, y de que utilizaban
innovaciones tecnológicas como la guita o las trampas como ayuda para atrapar
a las presas con más rapidez, incluso las más pequeñas como los conejos, sugiere
que se adaptaron mejor a este cambio del entorno natural. Según Stewart, con
respecto a los neandertales, los seres
humanos modernos tenían más posibilidades y eran más capaces de hacer frente
a los cambios del clima. Ante esta situación, el caso de que los humanos
modernos prosperaran en detrimento de los neandertales pudo ocasionar la desaparición
de estos segundos.
El
su actual investigación, Stewart ha examinado cómo los cambios de población de
otras especies, como las aves o los lemmings, pudo haber impactado en la
situación de los neandertales. Para ello también cuenta, en su proyecto
multidisciplinar, con Jan Wiener, Profesor Asociado en Psicología de la BU, y con
Christos Gatzidis, especialista en Tecnología Creativa. Ambos han usado un juego de ordenador, y otras tecnologías
para el seguimiento ocular, para observar la posible detección de presas en
diferentes entornos y descubrir más sobre cómo estas habilidades se pudieron desarrollar.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
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