Analizamos una de las obras del Bosco
titulada 'La Nave de los Locos', además del concepto de locura en su época
Detalle de ‘La Nave de los Locos’ de El Bosco |
Una de
las cosas más hermosas del arte es su capacidad para seguir transmitiendo
sensaciones e ideas a través del tiempo, sin embargo para analizar bien el
significado de una obra de arte es preciso estudiarla a ella y a su autor en el
contexto de la época en la que fue creada.
“La Nave de los Locos” es una de las obras del Bosco catalogadas como tardías, se fecha entre 1480 y 1516, se trata de un óleo sobre tabla que mide 57,8 por 32,5 cm. y que habitualmente puede verse en El Museo del Louvre.
“La Nave de los Locos” es una de las obras del Bosco catalogadas como tardías, se fecha entre 1480 y 1516, se trata de un óleo sobre tabla que mide 57,8 por 32,5 cm. y que habitualmente puede verse en El Museo del Louvre.
Descripción:
La
imagen representa una barca de la que no vemos completas la proa ni la popa y
como timón tiene un cucharón que uno de los pasajeros maneja distraídamente, es
decir, es una nave sin rumbo. Entre
los pasajeros hay al menos tres personas
pertenecientes al clero, un fraile, está sentado frente a una monja
intentado coger un bollo con la boca, a su vez la monja está tocando un laúd,
mientras sobre la mesa observamos un plato con cerezas. Se supone que frailes y
monjas debían vivir siempre separados, pero además el laúd era un símbolo de
índole sexual, lo que nos habla de la lujuria, remarcada por las cerezas. Además
está presente la gula no sólo por el bollo, sino también por el personaje que
en segundo plano parece jugar a la cucaña intentando alcanzar un pollo atado al
árbol que hace la función de mástil. Sobre la mesa también hay un cubilete que
alude al juego de los dados. Es evidente que al alcohol corre en abundancia, un
hombre está tirado en el suelo, mientras otra monja intenta que siga bebiendo,
otro hombre está vomitando por la cubierta, otros dos nadan desnudos en el agua
intentando subir a la nave. Es especialmente llamativa una figura, que porta
orejas de burro, símbolo de los que tenían algún problema mental, que es la
única que parece beber en silencio concentrado en sus propios pensamientos.
Entre las ramas del árbol/mástil observamos a una lechuza, símbolo ambiguo en
este caso que puede representar a la sabiduría escondida (diosa Atenea) o al
mal (por ser un ave nocturna).
Significado:
Para
la sociedad de la época del Bosco era evidente el significado del cuadro, una
advertencia y una crítica, advertencia a la gente para que no se apartaran del
verdadero camino, el de la virtud alejada de los deseos y los vicios y una
crítica al estamento eclesial que debía ser el que ejerciera de guía al resto
de la sociedad. No olvidemos que sólo un año después de la muerte de El Bosco
en 1517 Lutero formulará las famosas tesis de Wittemberg que llevarán a la
escisión de la Iglesia.
Imagen de ‘La Nave de los Locos’ de El Bosco |
Concepto de Locura:
Hay un
libro fundamental para estudiar el concepto de locura en la antigüedad se
titula “Historia de la locura en la época clásica” y su autor es Michel Foucault, en él hace un
recorrido por las transformaciones que sufre la figura del loco a lo largo de
los tiempos, hasta llegar a ser considerado como un objeto de investigación
dentro del campo de la medicina y finalmente un enfermo mental.Foulcaut explica
como al llegar al Renacimiento se da una división del concepto de locura, por
un lado la locura con relación a la
razón siguiendo a Erasmo, Brant y al
humanismo, donde la locura es debida a las trampas de la razón, y por otro
la locura “absoluta en la noche del
mundo” trasmitida por los visionarios pictóricos como Boch, Brueghel y
Durero. Aplicando el principio de las obras de teatro y la literatura de que si
“la
locura arrastra a los hombres a una ceguera y los pierde, el loco al contrario,
recuerda a cada uno su verdad”.
En
1486 los frailes dominicos Johan
Sprenger y Heinrich Kraemer publicaron la obra “MalleusMaleficarum” en la
que se apoyaría luego la inquisición, en ella la locura era considerada como
una forma de posesión demoniaca. Esta obra se enfrentaba a la de Paracelso “Sobre Enfermedades” que
abordaba la locura como un malestar físico.
En 1494 SebastianBrant había publicado el
poema “La Nave de los Locos” un poema de 2074 octosílabos que narraba
la historia de 111 personajes, cada uno de ellos simbolizaba un vicio social, la nave avanza hasta llegar al país de
Locagonia. En realidad es la historia de cómo el hombre recorre el mundo. Lo
más probable es que el Bosco conociese y apreciase esta obra, pero no
necesariamente ha de haberse basado en ella, ya que la Nave de los Locos era un
concepto muy utilizado a finales de la Edad Media, hasta el punto que Foulcaut
mantiene que puede que realmente en los ríos de Renania y en los canales
flamencos podía navegar una barca que librase a las ciudades de su carga de
locos.
Durante
toda la Edad Media la figura del loco, como enfermo mental, había sido bien
vista, pues posibilitaba al resto de la sociedad la realización de buenas obras
con ellos, lo que permitía un acceso más rápido a la vida eterna, pero a
principios del Renacimiento esta concepción fue puesta en duda. Los locos de
los pueblos eran cuidados por su familia y protegidos en sus lugares de origen,
pero los locos foráneos o sin protectores eran expulsados de las poblaciones a
las que llegaban. Hablamos de los tontos o retrasados. En la obra del Bosco que
nos ocupa el único loco de este tipo, es el que lleva las orejas de burro y
parece sumido en sus propios pensamientos.
Pero
además en esta la figura del loco que en la lucha entre la razón y el deseo se
deja arrastrar por este último, alejándose del camino recto para caer en el
vicio y el pecado, así nos explicamos el resto de tripulantes de la nave.
Terminamos
con las palabras del poema de Brant, bien aplicable también a nuestros días:
Esto
es la nave de los locos
de la
locura es el espejo.
al
mirar el retrato oscuro
todos
se van reconociendo
y al
contemplarse todos saben
que ni
somos ni fuimos cuerdos,
y que
no debemos tomarnos
por
eso que nunca seremos.
No hay
hombre sin una grieta
Y
nadie puede pretenderlo
Nadie
está exento de la locura
Nadie
vive del todo cuerdo
Autora| Ana
Rebón Fernández
Vía| Ana
Rebón Fernández
Imagen| Artelista
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