Las
excavaciones en Tel Eton, en Israel, sacan a la luz un posible centro
administrativo judaíta importante de la Edad del Hierro
Posible centro administrativo judaíta en Tel Eton |
Los trabajos arqueológicos
en el sitio de Tel Eton, ubicado entre la Sefela y el monte Hebrón, en Israel, han
sacado a la luz un posible centro
administrativo judaíta importante de la Edad del Hierro.
En esta época, el
Levante meridional estaba dividido en el
Reino de Israel al norte y el Reino de Judá al sur. “Tel Eton era uno de
los sitios más grandes de Judá, al parecer era el tercero detrás de Jerusalén y
Laquis”, explica Abraham Fausto, director de las excavaciones en este
yacimiento. La mayoría de los especialistas identifican Tel Eton con la bíblica Eglón, una ciudad cananea que
fue conquistada por los israelitas según el libro de Josué.
Tel 'Eton, que
cuenta con casi 7 hectáreas, estaba estratégicamente
situado en un cruce de caminos. Por allí transcurría una antigua ruta, de norte
a sur, que conectaba el valle de Beersheba con el Valle de Ayalon y otros
caminos, de este a oeste, que enlazaban la llanura costera con el Monte Hebrón.
Las prospecciones y las excavaciones, dirigidas por Fausto, profesor en el
Martin (Szusz), en el Departamento de Estudios y Arqueología de la Tierra de
Israel de la Universidad Bar-Ilan, han revelado signos intermitentes de ocupación en Eton desde la Edad del Bronce
Antiguo (3500 - 2200 a. C.) hasta el período bizantino (324 - 638 d. C.).
El proyecto Tel Eton
ha concentrado sus esfuerzos en esta gran ciudad que floreció en el siglo VIII
a. C., como parte del Reino de Judá. Durante este tiempo, la ciudad contó con fortificaciones y con una casa de gran tamaño,
de unos 240 metros cuadrados, asentada en el punto más alto de un montículo. La
estructura mantenía el plano común en las antiguas casas de los israelitas, de
cuatro habitaciones, y fue construida con materiales y técnicas de alta
calidad.
“La estructura ha sido excavada casi en su
totalidad y estaba compuesta por un gran patio con habitaciones en tres de
sus lados”, según Fausto. Asimismo, “el edificio fue cuidadosamente construido
colocando sillares en las esquinas y en las aberturas”.
Los arqueólogos de
Tel Eton creen que este edificio fue la
residencia de un gobernador judaíta encargado de los asuntos administrativos de
la región. Se apoyan en que, entre los artefactos descubiertos en la casa,
se han hallado vasijas de almacenamiento, jarras, lámparas de aceite y cuatro bullae (piezas de arcilla estampadas empleadas
para sellar documentos). Una de las bullae
contenía una inscripción que decía “a
Shebanayahu (hijo de) Samak”.
La situación
geográfica de Tel Eton, en el borde de un valle que separaba las tierras bajas
(la Sefela) de las tierras altas (la región montañosa), es una característica
importante que a menudo se ha pasado por alto. Según Fausto, se ha dedicado mucho esfuerzo al estudio de
la zona de la Sefela y menos a las tierras altas, donde probablemente
estuvo siempre la parte central de Judá. De hecho, es posible que el reino sólo
se extendiera por la Sefela en el Hierro II, entre el 970 y el 530 a. C., antes
estaba casi deshabitada.
Cuando Judá se expandió a esta región en el Hierro
II, entre el 970 y el 830 a. C., incorporó a Tel Eton y, puesto que esta
ciudad ya existía, se le otorgó un lugar privilegiado como centro
administrativo para la organización política de los territorios agregados con
la expansión.
En la excavación
se ha detectado una capa de destrucción, que data de finales del siglo VIII a.
C., que sugiere que Eton fue una de las ciudades
judaítas destruidas por el rey asirio Senaquerib en el año 701 a. C.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía|
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