Unos
arqueólogos rusos encuentran el arma de acero al crisol más antigua encontrada
en el este de Europa
Arma de acero al crisol de los tiempos de Batú Khan |
Unos arqueólogos
rusos realizaron un examen rutinario a un viejo sable descubierto hace ocho años en la ciudad de Yaroslavl y se percatan de que es el arma de acero al crisol más antigua encontrada hasta ahora en el
este de Europa.
“Fue muy
inesperado y emocionante encontrarlo”, dijo la doctora Asya Engovatova del Instituto
de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, directora de la investigación.
“Estuvimos analizando un fragmento de un sable -que llevaba en el Museo del
Estado de Yaroslavl siete años- y descubrimos
que era una pieza única”.
El sable fue
desenterrado por Engovatova y sus compañeros en el año 2007, en una excavación en el centro histórico de la
ciudad de Yaroslavl, junto a la Catedral de la Dormición. Se trataba de una
fosa común de los defensores de la ciudad y de los civiles masacrados por los invasores encabezados por Batú Khan, hijo
de Jochi y nieto de Gengis Kan, en un sólo día del año 1238. Batú Kan fue el
gobernante mongol fundador de la Horda Azul, que con el tiempo se convirtió en
la Horda de Oro (o Kanato Cumano), que gobernó Rusia durante 250 años, tras
derrotar a los ejércitos polacos y húngaros.
Según Engovatova,
el sitio arqueológico era como una especie de “informe” completo de las atrocidades cometidas ese día de 1238 en
aquel lugar. Encontraron numerosos esqueletos de mujeres y niños asesinados,
muchos objetos del hogar como platos y joyas, y muchas armas entre las que se
encontraba el sable.
Los métodos metalográficos utilizados en el
análisis revelaron que la espada había sido fabricada con acero al crisol. La
tecnología que se utilizaba para producir acero de ese tipo se fue perfeccionado por primera vez en la India,
en el siglo primero. Sin embargo, los artefactos de acero hechos a mano no
comenzaron a aparecer en Asia Central hasta mucho más tarde. Los fabricantes de
espadas europeos, según parece, no sabían nada de esta tecnología. Es
más, las técnicas empleadas para la fabricación de objetos de acero al crisol se
perdieron más tarde y, desafortunadamente, los europeos no lo volvieron a
reinventar hasta finales del siglo XVIII.
En la Edad Media,
incluso después, el acero de crisol era
muy caro. Se necesitaba emplear un gran esfuerzo y habilidad para mantener las
hojas de estas armas bien afiladas. No obstante, era el material perfecto para la
guerra. Los expertos sugieren que el “Sable de Yaroslavl” pudo haber
pertenecido a un guerrero muy rico del ejército de Batú Khan.
Alan Williams, un británico
experto en las antiguas tecnologías empleadas en las armas blancas, opina que el
acero al crisol de Asia Central sólo se utilizó para las hojas de las espadas alemanas de la marca “ulfberht”, que datan
de los siglos del VIII al IX, y que nunca se llegaron a forjar completamente de
acero.
En este caso, el
gran interés por este sable no radica sólo en los métodos de producción de la
hoja, sino cómo llegó a ser enterrado
allí. Se observa que el sable estaba roto, su mango perdido y su hoja
torcida. Su análisis mostraba microfisuras en la hoja que, por regla general,
son indicativas de que el objeto fue expuesto al fuego. Lo más probable es que el arma se doblara, expuesta a altas
temperaturas, como parte de un ritual.
En la actualidad,
el sable ha sido restaurado y devuelto
al Museo de Yaroslavl, junto con toda la colección de tesoros arqueológicos
hallados en las excavaciones.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
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