Los neandertales y Homo sapiens se han
apareado durante décadas desde hace algo más de 100.000 años. Si como parece mantenían buenas relaciones
sociales, ¿es posible que los sapiens tuviesen algo que ver con la extinción
neandertal?
Recreación de la vida cotidiana de los neandertales |
Una historia de amor...
Ya
se conocía que los Homo sapiens y los neandertales se habían cruzado y habían tenido descendencia hace entre unos
47.000 y 65.000 años. Sin embargo, la revista Nature ha publicado un estudio dirigido por Sergi Castellano, del
Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), según el cual
las dos especies se aparearon entre sí repetidamente
desde hace más de 100.000 años. Ésta es la conclusión a la que se ha
llegado tras realizar un análisis del genoma de una mujer neandertal encontrada en la cueva de Denisova, macizo de Altai, en el
sur de Siberia.
El
descubrimiento implica que los Homo
sapiens, cuyo origen se considera en África hace unos 200.000 años,
no salieron del continente hace unos
65.000 años como se pensaba, sino que hace
más de 100.000 años una población anterior de Homo sapiens salió de África y,
probablemente en Oriente Próximo o en el
sur de Arabia, se cruzó con grupos de neandertales que en ese momento se
desplazaban hacia Asia. Aquellos humanos modernos que se separaron de forma
temprana se extinguieron, pero dejaron su huella en el ADN de la neandertal de
Altai.
El
estudio se ha completado con datos de
un homínido denisovano y de otros dos
neandertales: un hombre de hace 49.000 de El Sidrón (Asturias) y una mujer de
hace 44.000 años de la cueva de Vindija (Croacia). En ninguno de ellos se han
encontrado los genes procedentes de Homo
sapiens identificados en la mujer neandertal de Altai, lo que significa que
la población neandertal de Siberia se
extinguió probablemente en el este de Eurasia, sin que neandertales europeos posteriores ni denisovanos llegaran a cruzarse con él. Sin embargo, sí que guardan similitud con los de los
africanos modernos. Por otra parte, se ha
encontrado ADN
denisovano en humanos modernos de Asia y Oceanía, e incluso un 0,2% de
genes denisovanos en nativos americanos.
De
esta forma, y como se venía sospechando a raíz de los últimos descubrimientos,
cada vez es más evidente que se tiene que dejar de interpretar el modelo de la
evolución humana como un tronco con ramificaciones, para verlo más bien como un
conjunto de interconexiones entre
especies que se han podido cruzar entre sí. En este sentido, quizás sea el
momento de abordar una asignatura pendiente: la reconsideración del concepto de especie.
... y desamor?
Aunque sabemos que
entre neandertales y sapiens hubo encuentros incluso con descendencia, ya que
se ha producido un intercambio genético, no sabemos cómo eran en realidad las
relaciones sociales entre ambos. La extinción (o quizás absorción) de los
primeros continúa siendo un enigma, aunque probablemente se deba a un cúmulo de
circunstancias y no exista una causa
única. Sin embargo, el último estudio realizado al respecto vuelve
a incidir sobre la competencia entre ambas especies, en la que los humanos
modernos jugarían con una gran ventaja cultural.
William Gilpin y Marcus
Feldman de la Universidad de Stanford en los EE.UU., y Kenichi Aoki de la
Universidad de Meiji en Japón, han llegado a esa conclusión aplicando un modelo sobre la competencia entre especies basado en el modelo de
Lotka-Volterra, utilizado en ecología, al que han incorporando variables que
contemplan el nivel de la cultura y tecnología de una especie. Según los
autores, un grupo culturalmente más
avanzado podría desplazar a otro que no lo es tanto, incluso si este era
inicialmente más grande. Así, los humanos modernos pudieron, gracias sobre
todo a la innovación tecnológica, desplazar a los neandertales del acceso a los
recursos naturales.
Aunque el método de
análisis resulta novedoso en su aplicación a la Prehistoria, la teoría de la
superioridad de Homo sapiens como
causa de la extinción de los neandertales hace tiempo que fue desechada y
existen otras, como las ambientales o el agotamiento genético, que tienen mucho más fundamento. Además,
a la luz de los nuevos descubrimientos, parece que neandertales y sapiens mantuvieron
buenas relaciones entre sí.
Autora| Ana
Carmen Diago Vinadé
Imagen| Wikipedia
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