Las investigaciones en la Cueva de
Blombos y su entorno, en Sudáfrica, revelan que el Homo sapiens ya tenía un
comportamiento humano moderno, similar al nuestro, hace 100.000 años
Puntas bifaciales, ocre grabado y herramientas de hueso. Cueva de Bombos |
Durante
muchos años se ha considerado que el
comportamiento humano moderno surgió en Europa hace unos 40.000 años.
Algunas de sus características básicas son la capacidad para crear arte, la
elaboración de herramientas sofisticadas y técnicas avanzadas para la caza, el
lenguaje y el pensamiento abstracto y simbólico. Sin embargo, existe otra
corriente teórica que ubica su aparición
en fechas mucho más antiguas en África, en el mismo lugar donde tuvo su origen
el Homo sapiens.
Esta
segunda teoría cobra cada vez más fuerza gracias a los descubrimientos de un equipo de investigación
de las universidades de Bergen y
Witswatersrand, que han atestiguado numerosas innovaciones en el sur de África que muestran que Homo sapiens tenía un comportamiento humano moderno hace ya
100.000 años.
Innovaciones en la Cueva de Blombos
Sus
primeros estudios se centraron en la Cueva
de Blombos, situada a unos 300 kilómetros al este de Ciudad del Cabo, y
que fue descubierta en la década de 1990.
Dentro de su secuencia arqueológica, los depósitos de la Edad de Piedra
intermedia, de hace entre 100.000 y
70.000 años, han aportado
gran cantidad de datos sobre la evolución
del comportamiento de la especie humana.
Algunos
de sus descubrimientos son verdaderas innovaciones
tecnológicas, como una extraordinaria industria en hueso, y la producción
de puntas lanceoladas bifaciales talladas por presión (tipo Still Bay), que muestran que los humanos anatómicamente modernos en
Sudáfrica tenían un repertorio
sofisticado de técnicas de fabricación de herramientas en un momento muy
temprano.
También
se han hallado incipientes manifestaciones artísticas, como lo que se puede considerar el primer arte abstracto, representado por un fragmento de ocre grabado
de hace unos 100.000 años, o dos
tablillas con motivos geométricos incisos que pudieron representar algún
calendario o esquema, con una antigüedad de unos 75.000 años. Además han aparecido adornos elaborados con conchas del género Nassarius que presentan una perforación y que han sido interpretados
como piezas de un colgante, con posible carácter simbólico.
Otros descubrimientos
apuntan avances de la cognición humana hacia procesos mentales complejos. Es el
caso de un posible taller para fabricar ocre de 100,000 años de
antigüedad, ya que la combinación de
sustancias en su producción indica que tenían capacidad conceptual para
ello. Además, el ocre era utilizado para la decoración, la
pintura y la protección de la piel, pudiendo ser utilizado con intención simbólica en determinadas
prácticas sociales.
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El viaje de África
a Europa
Parece
evidente que el comportamiento humano moderno está bien atestiguado en la cueva
de Blombos, pero no se trata de un caso aislado. El uso del ocre era una práctica común en África hace unos 100.000, incluso en el yacimiento de Twin
Rivers (Zambia) se han encontrado restos
de ocre en
niveles que podrían ser anteriores a los 200.000 años.
Por otra
parte, las investigaciones de Blombos se han ampliado a otras zonas y se han
encontrado evidencias de que existían
contactos entre distintos grupos humanos, y que compartían saberes tecnológicos y concepciones culturales hace unos
100.000 años. Se ha descubierto un patrón que consiste en que cuando la demografía cambia, las personas
interactúan más. Por ejemplo, han encontrado motivos similares grabados en
cáscaras de huevo de avestruz en diferentes sitios, lo que demuestra que la gente probablemente estaba compartiendo
material cultural simbólico en ciertos momentos, pero no en otros.
Según
el equipo de investigación, Homo sapiens ya
era conductual y cognitivamente
moderno en ese momento, y creó un patrón
con el que viajaría desde África, a Arabia y Europa, donde podemos reconocerlo en las
manifestaciones artísticas y la tecnología de hace 40.000 años. El intercambio de conocimiento entre grupos estaría en la base de la evolución
sociocognitiva y tecnológica humana y nos ayudó a constituirnos como humanos.
Autora|
Ana Carmen Diago Vinadé
Vía| Phys.org
Imagen|
Wikimedia
Commons
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