Apuntes
sobre la Mutilación Genital Femenina, el estado de la cuestión
Campaña contra la MGF |
El
pasado 6 de febrero se celebró el día mundial contra la mutilación genital
femenina (MGF), una práctica cuya antigüedad se puede fechar
hasta 6000 a. C. (en Egipto). Amnistía Internacional (1998) define la MGF como
la extirpación parcial o total de los órganos genitales femeninos, ya
que hay varios tipos de MGF según la cantidad de tejido que se extirpe. A día
de hoy se puede decir que todo el mundo ha oído hablar alguna vez sobre esta
práctica que sigue afectando a miles de niñas, no sólo en África, como
comúnmente se piensa, sino también en Europa, Asia y América (casos de
poblaciones migrantes procedentes de sociedades en las que la MGF se practica).
Nuestro sentido común socialmente construido (y no por ello inútil) hace
que nos sobrecojamos ante esta práctica brutal cuyas consecuencias médicas y
psicológicas son estremecedoras. Sin embargo, desde el enfoque antropológico,
los fenómenos sociales se deben comprender de una manera holística que abarque
los denominados puntos emic y etic. De esta manera, veremos qué
elementos de esta práctica pueden ser tomados en cuenta para comprender su porqué.
Tal vez sería interesante comenzar señalando que la MGF, también fue realizada en Europa (por poblaciones autóctonas) desde el siglo XVII hasta incluso comienzos del siglo XX ¿Para qué? Para "curar" la histeria, tratar la cleptomanía, la inclinación lesbiana, evitar la masturbación y la hipersexualidad (García Bueno, 2014). Es definitiva, para ejercer control sobre la (sexualidad de la) mujer. Desplazándonos a la actualidad, los motivos de la MGF se pueden clasificar en 6 ámbitos: Razones sociológicas (ritual de iniciación, sin estar mutilada no podrá casarse, representa fidelidad a la tradición y el grupo de pertenencia...), religiosas (nace endemoniada y es necesario para quitarle el mal, deben circuncidarse, como los hombres...), higiénico-estéticas (los genitales femeninos son poco limpios y antiestéticos), psicosexuales (creencia de que el clítoris segrega veneno mortal para el hombre, si no se corta crecerá más que el pene, mitiga el deseo sexual y evita los actos sexuales impuros, sólo el hombre debe sentir placer...), reproductivas (creencia de que aumenta la fertilidad y facilita el parto...) y económicas (las personas que la realizan reciben compensación) (García Bueno, 2014).
Tal vez sería interesante comenzar señalando que la MGF, también fue realizada en Europa (por poblaciones autóctonas) desde el siglo XVII hasta incluso comienzos del siglo XX ¿Para qué? Para "curar" la histeria, tratar la cleptomanía, la inclinación lesbiana, evitar la masturbación y la hipersexualidad (García Bueno, 2014). Es definitiva, para ejercer control sobre la (sexualidad de la) mujer. Desplazándonos a la actualidad, los motivos de la MGF se pueden clasificar en 6 ámbitos: Razones sociológicas (ritual de iniciación, sin estar mutilada no podrá casarse, representa fidelidad a la tradición y el grupo de pertenencia...), religiosas (nace endemoniada y es necesario para quitarle el mal, deben circuncidarse, como los hombres...), higiénico-estéticas (los genitales femeninos son poco limpios y antiestéticos), psicosexuales (creencia de que el clítoris segrega veneno mortal para el hombre, si no se corta crecerá más que el pene, mitiga el deseo sexual y evita los actos sexuales impuros, sólo el hombre debe sentir placer...), reproductivas (creencia de que aumenta la fertilidad y facilita el parto...) y económicas (las personas que la realizan reciben compensación) (García Bueno, 2014).
Ante
la gravedad de lo que supone esta práctica, se han intentado adoptar medidas
legales que la combatan. De esta manera, los gobiernos de los países en los
que se practica la han prohibido, se han hecho numerosas declaraciones
internacionales condenándola, se han intentado adoptar medidas legales
(preventivas y punitivas) desde los países receptores de población migrante
procedente de sociedades que la practican... Pero la MGF se sigue
practicando.
El
problema de las prácticas afianzadas en la tradición es que han tenido
la capacidad de desplegar mecanismos y dinámicas sociales que garanticen su
reproducción, incrustándose en el habitus de la sociedad practicante
hasta el punto de que, tanto a ojos de la misma en conjunto, como a ojos de los
individuos que la conforman, se convierta en una práctica imprescindible y
fundamental y se perpetúe aunque llevarla a cabo suponga penas de cárcel.
Cabría destacar también que las prácticas no se afianzan por sí solas, sino
gracias a un entramado de poder que filtra el afianzamiento de unas prácticas u
otras. En este sentido, es reseñable un nuevo problema que deriva de la
adopción de medidas legales en los países receptores y es la cuestión del
encarcelamiento de los padres.
Dadas
las dificultades de garantizar la absoluta seguridad de las niñas (a las que se
suele mutilar en las vacaciones que pasan en sus países de origen), los
países receptores han adoptado también medidas punitivas. De esta forma,
ante una denuncia, los padres serían encarcelados. Sin embargo, esta
medida declina en dos problemas: En primer lugar, un problema
práctico, la mayoría de las jóvenes que han sido mutiladas no denunciarían a
sus padres, específicamente a su madre, ya que son las mujeres las que toman
parte en el ritual . En segundo lugar pero más importante, el problema
ético que supone el hecho de que el castigo recaiga sobre las mujeres por
ser ellas las administradoras del ritual, cuando ellas mismas son las que lo
sufren.
Son
muchos los problemas que plantea la MGF y parece que la adopción de medidas
meramente punitivas entraña más problemas que soluciones dado el complejo
marco social en el que se encuadra esta práctica. La antropología ya ha
empezado a decir y a hacer al respecto junto a organizaciones como FORWARD y,
especialmente, junto a las mujeres que han decidido que sus hijas no necesitan
ser mutiladas con todas las consecuencias que aquella decisión acarreaba.
Parece que tan sólo conociendo el entramado social que sustenta a esta práctica
podremos dar solución a un problema cuya complejidad es incompatible con las
visiones maniqueistas y que, sin embargo, no puede seguir reproduciéndose.
Reportaje en castellano sobre la MGF de Valentín Thurn (2006) "No
con mi hija":
Más Información
Amnistía
Internacional (1998) La mutilación genital femenina y los Derechos Humanos:
Infibulación, escisión y otras prácticas cruentas de iniciación. Madrid:
Los libros de la catarata (coedición).
Bourdieu,
P. (1997) Razones prácticas: Sobre la teoría de la acción. España:
Anagrama.
García
Bueno, M.P. (2014) Manual de prevención de la mutilación genital femenina.
Buenas prácticas. Madrid: Editado por Confederación Nacional de Mujeres en
Igualdad.
Autora|
Diana
Sonia Díaz-Valdés Teran
Imagen|
Wikipedia
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