Aparecen en Inglaterra los restos de un caballero medieval con heridas de muerte recibidas en una justa
En
la catedral de Hereford, en Inglaterra, los arqueólogos excavan los restos de
un caballero medieval abatido en una justa
Los especialistas
de Headland Archaeology Limited han
llevado a cabo, entre los años 2009 y 2011, una importante excavación arqueológica
en la catedral de Hereford. Entre otros hallazgos, se han sacado a la luz las tumbas de unos 700 individuos que
fueron enterrados allí entre los tiempos de la invasión normanda hasta el siglo
XIX.
Dentro de este
maremágnum de cadáveres, y de una horquilla cronológica tan amplia, un posterior
estudio osteológico está arrojando más luz sobre las enfermedades, los
accidentes y las lesiones que esta gente padeció en su vida. Sin embargo, el
investigador Andy Boucher ha destacado algunos casos como los restos de un leproso, que pudo ser un obispo de Hereford que murió
por esa enfermedad, o los de una mujer con
una mano amputada, posiblemente como castigo por robar.
No obstante, hubo
un enterramiento que llamó especialmente la atención. Se trata de una tumba, fechada
por su tipología entre 1100 y 1300, rodeada parcialmente por losas de piedra y
con los restos de un caballero en su
interior. El individuo, por el análisis dental, procedía de Normandía, pero emigró
y murió en Hereford. Su esqueleto es especial porque mostraba ciertas fracturas
en las costillas, que no soldaron, y la dislocación del hombro derecho. Son la muestra
evidente de que, con toda probabilidad, el caballero murió a causa de las heridas mortales sufridas durante la disputa de una
justa.
Según los análisis
óseos, debió ser un hombre resistente
porque se sobrepuso a varias contusiones pero la última, a sus 45 años, fue
mortal. Se trata de las heridas que el caballero sufrió, cerca de la hora de su
muerte, en un torneo típico del medievo. Las pistas que han encontrado los
especialistas son los huesos sin soldar y la extraña posición de descanso del
cuerpo. La pierna izquierda apareció girada, posiblemente, a causa del golpe infligido
en la parte superior derecha del cuerpo mientras montaba a caballo. El impacto de la lanza de su rival pudo haberle
hecho girar bruscamente el pie izquierdo al intentar controlar el estribo.
Andy Boucher,
director del estudio, indica que nunca se
puede estar completamente seguro de cómo la gente del pasado se hizo sus
heridas, pero en este caso hay muchas evidencias de que ocurrió
violentamente. La posición de sus heridas coincide bastante con las que se podían
haber recibido en una justa.
El contexto
histórico de esta época acompaña la hipótesis de Boucher. Ricardo Corazón de León, en el año 1194, concedió licencias para
que se pudieran celebrar torneos en cinco localidades de Inglaterra, después de
que su padre Enrique II organizara algún torneo ilegal. Los torneos originales
se basaron en la lucha cuerpo a cuerpo donde un gran número de caballeros luchaban,
a pie o a caballo, de forma individual o en equipo. Estas peleas no estaban
destinadas a divertir a un público sino que se trataba de verdaderas batallas, contra
los combatientes enemigos capturados, y podía
contemplarse la muerte como un posible final.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía|
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