Simbología en las Sagradas Escrituras
Sumo sacerdote de Israel con los implementos del Templo de Jerusalén, entre los que destaca la menorah. Pentateuco de Ratisbona, Bavaria, 1300 |
Cuando se habla sobre la simbología judía, no podemos olvidar la
Menorah o Candelabro de los Siete Brazos, que representa el esplendor de
la luz a través de los siglos.
El mítico candelabro es un importante referente de la liturgia
hebrea y de sus conocidas festividades.
En las páginas del Antiguo
Testamento se refleja el momento en que Moisés recibe la orden divina de
construir un candelabro provisto de unos brazos que, cada uno de ellos,
culminará en copas con forma de flores de almendro.
Moisés, según las Sagradas
Escrituras, ordenó su fabricación a un orfebre llamado Bezalel y
posteriormente lo colocó en el Tabernáculo del desierto.
Un tiempo después, los judíos, transportaron la menorah hasta la
Ciudad Santa, donde edificaron un santuario e introdujeron el singular
candelabro.
Según la tradición, la lámpara se colocó sobre una mesa que
simbolizaba las delicias del Paraíso y la presencia Divina. A diario, un
sacerdote principal encendía la menorah ayudado de aceite de oliva puro,
con el objetivo de hacer la llama más clara.
En el año 587 a. C., Nabucodonosor
destruyó el templo y todos los símbolos sagrados desaparecieron.
Años después, los judíos, regresaron a Jerusalén con la
intención de construir un segundo templo y colocar una réplica de la menorah.
Fue en el año 70 d. C., cuando Tito al mando de los romanos
destruyó la ciudad y en consecuencia el templo, robando la réplica del
candelabro. Este hecho supuso la derrota de los judíos y se realizó un arco en
bajo relieve donde se reproducía el triunfo de Tito.
A partir de ese momento y hasta nuestros días, el candelabro se
convirtió en uno de los iconos más representativos de la simbología judía.
Autor| Antonio Pascual
García
Imagen| Wikipedia
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