La matanza de Wounded Knee
Los sioux y la Danza de los Espíritus (1890) |
Wovoka fue un líder chamán paiute
conocido como Jack Wilson. Nació en Smith Valley, Nevada.
Pasó su juventud en el seno de una familia blanca cristiana, donde descubrió
las sagradas escrituras. Sobre el año 1888, decidió volver junto a su tribu, en
el Valle Masón. Al poco tiempo, cayó enfermo y sufrió
alucinaciones. En una de ellas, se le apareció el Gran Espíritu,
quien le dio una serie de instrucciones; no robar, no mentir... y le enseñó un
singular baile, que pasaría a denominarse “La Danza de los Espíritus”.
En ningún momento de su vida, Wovoka, quiso que se le viera como
a un Mesías, pero no pudo evitar que los demás indios lo admiraran y lo
elogiaran como un elegido por los dioses.
Los indios se fundieron en esta nueva religión,
donde no faltaron los hipnóticos efectos del peyote, que magnificó
sus mitos y mistificó el poder de la naturaleza. Los guerreros sioux
tomaron la peculiar danza como el estandarte, que les daría el suficiente valor
para enfrentarse al invasor blanco.
Pero la fatalidad hizo que, un frío 29 de diciembre de 1890, los indios lakota (conocidos como sioux) fueran agrupados en un improvisado campamento, para ser desarmados e introducidos en un tren con la finalidad de acabar deportados a Omaha, Nebraska. Según parece, cuando el Séptimo de Caballería se disponía a desarmar a los indios, sonó un disparo de incierta procedencia, lo que provocó que el Séptimo de Caballería abriera fuego contra los nativos y desencadenara una terrible batalla. Varias decenas de soldados blancos perdieron la vida. En el lado de los nativos, superaron la centena, incluyendo ancianos, mujeres y niños. Uno de los asesinados, fue el jefe indio Pie Grande, que cayó abatido sobre la nieve. Este lamentable episodio, pasaría a conocerse como "La Matanza de Woended Knee". Ni siquiera la danza pudo contener a los invasores. A partir de entonces, la pobreza y la podredumbre acompañaron a las tribus.
Pero la fatalidad hizo que, un frío 29 de diciembre de 1890, los indios lakota (conocidos como sioux) fueran agrupados en un improvisado campamento, para ser desarmados e introducidos en un tren con la finalidad de acabar deportados a Omaha, Nebraska. Según parece, cuando el Séptimo de Caballería se disponía a desarmar a los indios, sonó un disparo de incierta procedencia, lo que provocó que el Séptimo de Caballería abriera fuego contra los nativos y desencadenara una terrible batalla. Varias decenas de soldados blancos perdieron la vida. En el lado de los nativos, superaron la centena, incluyendo ancianos, mujeres y niños. Uno de los asesinados, fue el jefe indio Pie Grande, que cayó abatido sobre la nieve. Este lamentable episodio, pasaría a conocerse como "La Matanza de Woended Knee". Ni siquiera la danza pudo contener a los invasores. A partir de entonces, la pobreza y la podredumbre acompañaron a las tribus.
Muchos años después, en la primavera de 1973, el pueblo de Wounded
Knee fue testigo de la llegada de cientos de indígenas y activistas, que
acudieron a la reserva de Pine Ridge con el único objetivo de
reivindicar la libertad de los pueblos nativos, quienes hasta la fecha no habían
dejado de ser hostigados.
Los recién llegados exigieron a los gobernantes que concedieran a los indios, tierra y libertad. Al día siguiente de su llegada, fueron rodeados por fuerzas del FBI. Este cerco duró 71 días, en los cuales los acosados pudieron mostrar al resto del mundo, su valentía y militancia, en un desesperado intento de recuperar su cultura. Su dignidad.
Los recién llegados exigieron a los gobernantes que concedieran a los indios, tierra y libertad. Al día siguiente de su llegada, fueron rodeados por fuerzas del FBI. Este cerco duró 71 días, en los cuales los acosados pudieron mostrar al resto del mundo, su valentía y militancia, en un desesperado intento de recuperar su cultura. Su dignidad.
Autor| Antonio Pascual García
Vía| Ecured
Imagen| Fine
Art America
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