El Museo
Thyssen Bornemisza de Madrid organiza una exposición sobre el pintor noruego
EduardMunch bajo el título arquetipos y que podemos disfrutar desde el 6 de
octubre de 2015 al 17 de enero de 2016
Celos de Edvard Munch |
Hacía 30 años que no se realizaba una exposición sobre el pintor
noruego Edvard Munch en Madrid, Paloma Alarcó es la comisaria de la
exposición, en colaboración con Jon-Ove
Steihaug del Munch Musee de Oslo,
que ha cedido unas 40 de las aproximadamente 80 obras entre óleos, dibujos y
grabados que componen la muestra, que podemos disfrutar en el Thyssen Bornemisza hasta el 17 de enero
del año que viene.
Arquetipos es el
nombre que han decidido darle, pues han optado por una organización temática en lugar de seguir la línea temporal,
reflejando así con ello la obsesión de
Munch con determinados temas, como la muerte, el amor, los celos, la soledad,
la melancolía, el pánico, las mujeres
y su evolución a lo largo del tiempo “en
cada sala vamos a ver repetidos los mismos temas con distintas técnicas, en
distintos formatos, en distintos periodos” explica Paloma Alarcó.
Mención aparte, en relación con esta exposición, merece también la
iniciativa “El Grito en la Naturaleza”,
iniciada por la artista noruega Lise
Wulff, junto con la ONG Beliond, la Compañía de responsabilidad social Pure
CSR y el artista serbio Branislav Nikolic,
además de la United Nations Environment Programe. En ella se pide colaboración,
especialmente a la gente joven, se tratade tomar materiales reciclados o de
bajo consumo para recrear con ellos
alguna de las obras de Munch, que
expresen el grito que nos lanza la madre naturaleza para que empecemos a
cuidar de ella. En palabras del propio Munch “Siento un profundo grito interminable a través de la naturaleza”.
Las fotografías recibidas en los correos scream@thiscreamfromnature.com
ó educathyssen@museothyssen.org
serán expuestas en una pantalla del recibidor del museo.
La obra de
Munch es a la vez compleja y cercana, pues aunque el artista quería
explicarse a sí mismo a través de sus obras siempre tenía muy presente a los
espectadores, lo que hace que aún hoy en día sintamos una especial empatía, sabemos que sus cuadros nos hablan de nuestros miedos y angustias internos y no
podemos dejar de sentir el asombro, la incomodidad y a la vez la cercanía que
eso nos provoca.
Munch declaró que al igual que
Leonardo diseccionaba la anatomía humana, para reflejar la verdad en sus
obras él intentaba diseccionar el alma,
y eso se refleja en su estilo de líneas
muy marcadas y sinuosas, en la utilización del espacio como una
prolongación del propio estado mental de los protagonistas más que como un
elemento autónomo combinando formas planas con líneas sinuosas, así como en la utilización simbólica de los
colores.
En Munch los cuerpos se
deforman buscando expresar la angustia y el vacío existencial que nos lleva
a la turbación. Su propia vida es la fuente en la que se basa su obra, nació un 12 de diciembre de 1863 en
Løten, Noruega, a los 5 años se quedó huérfano de madre y poco después
perdió también a su hermana pequeña a causa de la tuberculosis, estos hechos
marcarían su vida para siempre así como las obsesiones religiosas de su padre.
Munch comenzó a estudiar ingeniería, pero la abandonó por el arte,
viajó a París donde conoció las obras de
impresionistas y postimpresionistas y se sintió influido principalmente por
Gaugin. Consiguió crear una obra muy
personal de tipo simbolista que influiría en todos los expresionistas que
vendrían después. El régimen nazi se haría con obras del artista que destruiría
por inmorales, no obstante a partir de 1942 su obra es reconocida en Nueva York
y será objeto de numerosos homenajes. Munch
morirá el 23 de enero de 1944, solo como vivió.
Pintor de grandes verdades universales, que refleja las obsesiones
del hombre contemporáneo hace que la exposición del Thyssen tenga el doble
valor de analizar la obra de un genio que nos permite a la vez acercarnos a
nuestras sombras.
Autor| Ana Rebón Fernández
Vía| Ana Rebón Fernández
Imagen| Wikipedia
Comentarios