Un
grupo de arqueólogos halla una mansión del siglo I en la ciudad
vieja de Jerusalén en un excelente estado de conservación
Imagen de la antigua mansión aparecida en Jerusalén, en el monte Sión, fechada en los tiempos de Jesús de Nazaret |
Sión
es un monte que se encuentra a las afueras de la que se conoce como
la ciudad vieja de Jerusalén. El término de Sión, desde
tiempos remotos, cogió tanta relevancia que pasó a ser una
sinécdoque que aludía tanto a la ciudad de Jerusalén entera como,
por extensión, a toda la Tierra de Israel.
Los
arqueólogos, desde siempre, han tenido esta colina en el punto de
mira, sobre todo la conocida como arqueología bíblica, y es que en
este lugar es donde la tradición sitúa lugares tan emblemáticos
como la posible tumba
del rey David o el Cenáculo en el que Jesús de Nazaret pudo
celebrar la Última Cena con sus apóstoles.
Hace
dos años, en esta emblemática colina, el equipo arqueológico del
Monte Sión, que está dirigido por Shimon Gibson y James Tabor de la
Universidad de Carolina del Norte en Charlotte, descubrió los
cimientos de una gran mansión del siglo I d. C. Este verano, el
grupo de arqueólogos ha reanudado las investigaciones de este
impresionante lugar, terminando de excavar el baño que se encontró
en 2013 y haciendo nuevos hallazgo como una nueva habitación
abovedada completa.
Gibson,
en declaraciones a The Charlotte Observer,
ha señalado que los restos de la mansión se encuentran
extraordinariamente bien conservados, de tal modo que no sólo
tenemos los cimientos del edificio, sino que también se han
conservado los sótanos
completos y varias habitaciones intacta. Es algo sorprendente
para una hallazgo tan antiguo.
Fotografía aérea de la mansión |
De
esta forma, Gibson ha explicado que no hay muchos edificios del siglo
I d. C. en Jerusalén que se hayan mantenido intactos ya que, además
del deterioro del tiempo, los romanos destruyeron toda la ciudad
después de la primera revuelta judía del año 70 d. C., tal y
como narra el historiador coetáneo Flavio Josefo. Además, unos 65
años después, el emperador Adriano reconstruyó la ciudad a partir
de sus ruinas.
En
época bizantina, sigue explicando Gibson, los edificios de esta
zona fueron rellenados para aplanar la zona y construir casas y
otras estructuras en la parte superior. Esta puede ser una
explicación de por qué la mansión se encuentra en tan buen estado
de conservación.
Por
otro lado, los arqueólogos creen que esta mansión perteneció a
la aristocracia de Jerusalén o a alguno de los miembros de las ricas
familias sacerdotales judías. Si bien, estas hipótesis parecen
ser bastante acertadas teniendo en cuenta los tipos de artefactos que
han aparecido durante el proceso de excavación, incluyendo un
agrupamiento de conchas de murex, esenciales para conseguir el color
púrpura tan preciado en la antigüedad.
Un
análisis más profundo de la identidad de los residentes de la
mansión puede dar más luz sobre cómo vivían las élites
gobernantes de la época de Jesús.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
Vía|
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Imagen|
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