El ejército griego en diversas de sus variantes

Cada polis de la Hélade presentaba un ejército diferente

Formación básica de la falange hoplítica
Actualmente vemos como cada país tiene un ejército bajo su mando, sin brechas por tratarse de tropas de una región u otra. Pero en la Antigua Grecia no era así, sino que, refiriéndonos a la Península Balcánica y al Peloponeso, podíamos encontrar una gran diversidad de huestes; de ésta manera se pueden apreciar ciertas diferencias entre el ejército ateniense y el corintio, y ya no digamos en comparación con el espartano.

En el siguiente escrito vamos a analizar las formaciones militares más importantes de la Antigua Grecia sobretodo centrándonos en la Época Clásica, pero hay que tener en cuenta que éstas, como todo a lo largo del tiempo, tuvieron varias evoluciones desde su aparición hasta que quedaron obsoletas.

Tenemos que destacar un importante aspecto a la hora de adentrarnos en el mundo de los ejércitos de la Edad Antigua y es que no se puede entender la composición de estos sin hacer una breve introducción a la sociedad del momento. Como veremos, cada formación militar era un mundo diferente porqué cada sociedad era distinta a las otras. Aunque también hay que destacar los aspectos comunes, sobretodo en el ámbito de las formaciones y el equipamiento. Básicamente los ejércitos estaban formados por una infantería ligera (arqueros), una infantería pesada (hoplitas) y una caballería; aunque posteriormente veremos que cada polis presentaba un número de hombres diferente para cada facción.

Las tropas más destacadas fueron los hoplitas, llamados así por el gran escudo (hóplon) que llevaban consigo, solían presentar el mismo equipamiento en todas las regiones. Un casco (Krános), una coraza (Thórax), unas grebas (Knémides), la espada (Xifos), la lanza (Dori) y, como ya hemos dicho, el escudo. La manera con la que combatían los hoplitas era con la formación hoplítica, cubriendo cada uno su lado izquierdo pues el derecho quedaría protegido por el compañero de dicho lado; cuando visualicemos ésta formación no hay que imaginarla con unos escudos pequeños, sino que estos tenían un metro de diámetro y por tanto era fácil protegerse a uno mismo y al compañero. ¿Inconvenientes? Se trataba de una formación prácticamente indestructible si se consigan mantener las líneas unidas, pero si se abría una brecha era fácil caer derrotado.

Pasemos a analizar en primer lugar los dos ejércitos más importantes de la Época Clásica griega: el ateniense y el espartano. El servicio militar en Atenas era obligatorio para todos aquellos ciudadanos varones a partir de los 18 años (con un período de dos años de aprendizaje) y éste se mantenía hasta los 60 años; los extranjeros (metecos) en un principio no podían formar parte, pero finalmente acabaron integrándose en la infantería ligera. Aquí ya se podía apreciar una primera diferenciación dentro del ejército a partir de la clase social a la que se pertenecía; pero dentro de los que eran ciudadanos atenienses también se veía.

Los hoplitas eran la infantería pesada y, como ya hemos dicho anteriormente, tenían un equipamiento concreto. Éste sólo se lo podían permitir las clases más acomodadas (los pentacosiomedimnos y en algunas ocasiones los thetes), mientras que las otras clases pertenecían a la infantería ligera por el escaso armamento que podían aportar. Como podemos ver, al no tratarse de un ejército profesional el Estado no aportaba armas para que todos los ciudadanos tuviesen la misma importancia en el campo de batalla. Por éste mismo motivo la caballería ateniense tenía tan pocos componentes, pues sólo los más ricos de la sociedad podían mantener un caballo, aunque sobre ésta facción hay que destacar que participó en pocas menos batallas que las dos infanterías.

En Atenas un ciudadano siempre era soldado, es decir que siempre tenía que estar preparado para la guerra pero tenía otras ocupaciones en el campo o en la ciudad. En Esparta no era así, pues la clase guerrera, los privilegiados (los homoioi), empezaban su adiestramiento militar a los 7 años y no dejaban el ejército hasta su muerte. Ésta educación se denominaba agoge, y consistía en un duro entrenamiento separados de sus familias y conviviendo con sus compañeros hasta los 30 años, cuando se consideraba que el joven soldado ya poseía la suficiente experiencia.

El cuerpo militar se formaba básicamente de hoplitas, pero había un reducido número de ilotas que formaban parte de la infantería ligera y ayudantes; ¿quiénes eran? Éste grupo social era el más numeroso en Esparta pero no eran considerados ciudadanos sino parte del Estado, casi esclavos. ¿Qué diferenciaba a un ilota de un esclavo? Que estos últimos no podían participar en el ejército y los primeros sí, pero poca diferenciación más. Se dice que Esparta no necesitaba muros, y es que con el gran cuerpo militar, entrenado para defender sus tierras a toda costa, no tenía necesidad de ninguna otra protección; por tanto podemos decir que los espartanos constituían uno de los ejércitos temibles, sino el que más, de Época Antigua. Algunas curiosidades sobre ésta formación militar las encontramos en su equipamiento, por ejemplo su escudo tenía pintada una gran lambda (L) haciendo referencia a su denominación como Lacedemonios, pues así se denominaba a los ciudadanos de Laconia, región de Esparta.

El ejército se dividía en diferentes formaciones, todas formadas por hoplitas y sus ayudantes, pero lo más destacado es que los espartanos llegaron a movilizar durante la Guerra del Peloponeso (431 a.C – 404 a.C) hasta 8.000 hoplitas. Obviamente las fuentes pueden exagerar, como en muchas otras ocasiones, pero sea cierta o no la cifra no se puede negar que la victoria espartana frente a la ateniense estaba prácticamente asegurada por su dedicación, y casi devoción, al ejército. Esto destaca con la poca caballería con la que contaban (entre 300 y 400 jinetes), aunque ésta facción tenía una función más auxiliar y de exploración que no puramente combativa.

Otros ejércitos destacados, como el beocio o el corintio, o el macedonio posteriormente, tuvieron un desarrollo de sus formaciones militares similar a Esparta o Atenas, según la proximidad geográfica. Pero de estos tres destaco mucho más el macedonio, capaz de unificar toda Grecia bajo la corona de Filipo II y, más tarde, de Alejandro Magno, con una falange hoplítica que basó su defensa en las largas lanzas de sus soldados para desviar las flechas de los adversarios. En definitiva, el mundo militar de la Antigua Grecia se trataba de un conjunto de complejos ejércitos influenciado por su sociedad y de los que sobresalieron, a nivel terrestre, primero Esparta y posteriormente Macedonia; casualmente las sociedades más jerarquizadas.

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