Los cuadros de
Botticelli son reconocidos de un solo vistazo, pues sus modelos nos narran de
un modo delicado la belleza ideal del cuerpo humano
Imagen de ‘El Nacimiento de Venus’ de Sandro Botticelli |
Con pocos pintores ocurre como con Botticelli, sólo con nombrarlo una
imagen se dibuja en nuestra mente, quizás no sea la de ningún cuadro en
concreto, sino la de una hermosa mujer de rostro de porcelana de ojos
almendrados y ensoñadores y cabellos dorados y ondulantes con los que juega el
viento.
Alessandro di Mariano
Filipepi, más conocido como Botticelli (1445-1510), fue durante un tiempo el pintor favorito de la corte florentina
de Lorenzo el Magnífico. Se dice de él, que había sido un hombre piadoso
siempre, pero que al final de su vida cayó bajo la influencia del monje Savonarola, que intentó cambiar el
cultural y liberal mundo florentino del Quatrocento por otro que acusaba a los
pintores de herejía por pintar a la Virgen como si se tratara de una meretriz, consiguió expulsar a los Medicisde la ciudad
de Florencia e instaurar una severa teocracia de 1494 a 1498. Aunque no hay constancia documental se dice que
Botticelli se arrepintió de sus creaciones pudiendo incluso haber quemado
alguno de sus cuadros en la hoguera para quemar “cuadros lascivos” que el
monje organizó el martes de carnaval de 1497.
Sin embargo, Botticelli
es considerado el pintor de la “grazie”, la belleza sublime y amable. El
Renacimiento se caracterizó por renegar del oscurantismo cultural predominante
para la mayoría de la población a lo largo de toda la Edad Media, volviendo a estudiar a los clásicos de la antigüedad
griega y romana, muchas esculturas antiguas fueron redescubiertas en esta
época, y los curiosos erúditos renacentistas, entre ellos Botticelli, no se
conformaron con su estudio sino que dieron un paso más imitándolas y
readaptando a su época los modelos antiguos.
Si nos fijamos por ejemplo en uno de los cuadros más famosos
de Boticelli, “El Nacimiento de Venus”,
que podemos contemplar en la Galería de
los Uffizi, constituye el primer desnudo
mitológico femenino del que tenemos constancia desde la antigüedad; Donatello había redescubierto unas
décadas antes el desnudo masculino con su escultura del David. Encargado por un miembro de la familia Medici para decorar
uno de sus palacios, fue pintado en el
año 1484, sus dimensiones son grandes 184cm por 285. El episodio que relata
Boticelli es narrado en la obra “La metamorfosis” de Ovidio, pero probablemente
en su representación se viera aconsejado por el poeta AngeloPoliziano, y por el filósofo MarsilioFicino que dedicó su vida a conciliar el conocimiento de
los clásicos con el cristianismo.
La diosa Venus
encarna a la par dos ideales, el de la belleza sensual y el de la belleza ideal
(la de las ideas), el amor profano y el amor que transciende hasta conseguir
hacernos mejores personas.Boticelli se decide a narrar el momento del
nacimiento de la diosa, a partir del semen de Urano, que entra en contacto con el mar, pero para darle un
carácter más idealizado escoge el momento
de la llegada de la diosa a las costas de la isla Citera sobre una concha que es empujada por Céfiro y Aura
dioses del viento y de la brisa cuyos cuerpos están enlazados, y es esperada en la orilla por una de las Horas,
seguramente la Primavera con un manto para cubrirla. La tradición dice que las
rosas nacieron a la vez que la diosa por eso las rosas rodean su cuerpo.
Pero el cuadro de Botticelli refleja muchas más cosas que
nos hablan de la persecución dela
belleza ideal, la diosa de mirada
ensoñadora cubre con su pelo su desnudez, mientras su mano derecha intenta
cubrir su pecho, la posición de su
cuerpo en contraposto nos remite a las esculturas antiguas, como también lo
hace el modelado de la figura que
realiza el pintor, con una línea de
contorno que si bien resta fluidez dota a la figura de más cuerpo. Por otro
lado la extensión del cuello, imposible
en una figura real, persigue una armonía que se refleja también en el empleo de
la proporción aurea en el cuadro y de los
cánones clásicos.
SimonettaVespucci,
era una joven noble que había ganado un concurso de belleza, trágicamente murió
joven de tuberculosis, pero fue la modelo
de belleza ideal que Botiicceli utilizó en todas su obras, el mismo rostro
representa a la Virgen María que a la Venus clásica.
Todo en Botticelli es siempre armonía, las figuras se
representan siempre en paisajes idílicos, el modelado es a la par sutil y
marcado, las posturas delicadas y los colores suaves alejados de la
estridencia.
Autor|
Ana Rebón Fernández
Vía| Ana Rebón Fernández
Imagen|
Wikipedia
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