Las trece puertas de la muralla de Sevilla.

La ciudad llegó a tener más de una veintena de accesos entre arcos y postigos. En la actualidad solo quedan tres: la de La Macarena, el Postigo del Aceite y la única original construida por los almorávides, la de Córdoba.

1. Puerta del Sol
Pepe Barahona / ABC Sevilla
Sevilla vivió en el año 1868 la decisión urbanística más relevante de su historia: derribar la muralla almohade y las puertas levantadas en el siglo XII en pro de la expansión de la ciudad y la permeabilidad del centro al tráfico rodado. En contra, los sevillanos perdieron el que probablemente fuese el mayor monumento que tendría hoy la ciudad.

La muralla circundaba el centro de la ciudad y, a lo largo de ella, se disponían hasta una veintena de accesos entre los que se dividían entre trece puertas y otros tantos postigos. En la actualidad solo quedan cuatro entradas de la veintena existente: la Puerta de La Macarena, el Postigo del Aceite y la única puerta original construida por los almorávides, la de Córdoba, y la Puerta de la Victoria o Arquillo de la Plata.

Este derribo irreversible no se tradujo en una pérdida total para los sevillanos, que mantienen en su habla referencias a estas puertas. ¿Quién no ha quedado en Puerta Jerez? ¿O en la de Carmona, la de la Carne o la de Triana?

Algo más que simples accesos. Uno de los ejemplos más interesantes de la importancia que las entradas tenían en el día a día de la ciudad es el de la puerta del Sol, que marcaba el inicio de la actividad al estar orientada hacia la salida del astro rey.

Ubicada en la intersección de las calles Madre Isabel de la Trinidad y Sol, esta puerta fue construida en el año 1595 durante el reinado de Felipe II. Su diseño era austero y simple. El único motivo decorativo con el que contaba era una representación del Sol que le daba nombre grabada en su frontispicio.


2. Puerta de Córdoba
No todas las puertas de Sevilla tenían forma de arcos triunfales. Uno de los ejemplos, que por fortuna todavía sigue en pie, es la puerta de Córdoba, adosada a la iglesia de San Hermenegildo, esta se sitúa en la esquina de la calle Madre Dolores Márquez y las avenidas de Muñoz León y Ronda de Capuchinos.


Su fisonomía obedece a un puramente criterio defensivo, dos puertas dan a un distribuidor oculto por el que se accedía. Según cuenta la leyenda, en ese lugar de la muralla San Hermenegildo fue martirizado, por lo que la puerta se convirtió en un lugar de culto.


3. Arco de la Macarena
«Extremo serás del mundo, Sevilla, pues en ti vemos juntarse los dos extremos». Esta inscripción se sitúa en la puerta norte de la muralla, la de la Macarena, ubicada en la embocadura de la calle San Luis y Resolana. Este acceso era utilizado por los reyes de Castilla para entrar en la ciudad, debiendo jurar los fueros locales antes de franquearla. El estilo actual, tras muchas transformaciones, debe su diseño al arquitecto José Chamorro.


4. Puerta de la Barqueta
La Puerta de la Barqueta fue la primera en ser demolida, hecho que ocurrió el año 1858. Cuentan que un inglés que vivía por la zona propuso que en el lugar del derribo se levantase un monolito con la inscripción: «Hércules te edificó, Julio César te cercó de muros y torres altas y un alcalde me mandó derribar con otras cuantas».


La puerta se situó en la actual calle Calatrava. Se llamó originalmente Almenilla y, finalmente, barqueta por la barcaza utilizada para cruzar el cauce del río, que transcurría cercano a la muralla.


5. Puerta Real de Goles
Felipe II, a su llegada a Sevilla en mayo de 1570, otorgó el nombre de Real a esta puerta situada en la antigua calle de las Armas, hoy Alfonso XII, en las proximidades del convento de San Laureano.


El nombre primigenio, de Goles, se atribuye a una corrupción del nombre de Hércules, el mítico fundador de la ciudad. Su demolición tuvo lugar en 1862, destinándose sus restos al cementerio, donde permanecieron muchos años a la espera de ser reconstruida para servir de entrada al camposanto, proyecto que jamás se haría.


6. Puerta de Triana
La Puerta de Triana, una de las cuatro puertas más importantes de Sevilla, marcaba el oeste de la ciudad. Fue una de las de mayor consideración, dado su ornato y su tamaño, que incluso llegó a acoger una cárcel denominada ‘El Castillo’, donde cumplían condena los presos de alta alcurnia.


El intenso tráfico obligó a las autoridades a abrir dos postigos a cada lado de la puerta para aliviar la circulación y evitar los continuos atropellos. Esta decisión provocó la protesta de la Diputación Arqueológica de Sevilla, por considerar que la reforma alteraba una obra arquitectónica de gran valor. Diez años después, la puerta sería derribada. Los escasos restos que quedan de ella pueden verse hoy en el zoológico de Jerez de la Frontera.

7. Puerta del Arenal
La Puerta del Arenal estaba situada en la actual calle García de Vinuesa, precisamente el alcalde que la mandó a derribar en el año 1864. Construida en orden rústico, contaba con un alto frontispicio adornado con estatuas y escudos. Fue mandada a construir por el asistente Francisco de Castilla, actuando como obrero mayor Juan Díaz Jurado.


8. Puerta de la Victoria
También llamada Puerta de Abdelaziz o Arquillo de la Plata se encuentra frente al lugar donde antaño estuvo el Postigo del Carbón, en la confluencia de la calle Miguel Mañara con la Avenida de la Constitución. Esta puerta no perteneció a la muralla, sino al recinto del Alcázar.


Debe su nombre a un hecho histórico, cuando Fernando III conquista la ciudad el primer lugar al que llega es a la octogonal torre de la Plata o de Abdelaziz, sitio en el que planta su blasón como símbolo de victoria.


9. Puerta de Jerez
Puerta sur de la ciudad, la de Jerez, era una de las más importantes de Sevilla. Estaba abierta las veinticuatro horas al día salvo contingencia. Fue la primera puerta de la muralla que se renovó, sustituyendo en ella el diseño primigenio de los almohades por un arco flanqueado por dos torreones. La nueva puerta se terminó de construir el 24 de marzo de 1561. Su existencia fue de todos modos efímera, pues fue demolida en 1864.


10. Puerta de San Fernando
La puerta de San Fernando, también conocida como puerta Nueva, fue la última de la muralla que se construyó. Fue erigida en el año de 1760 por orden del Asistente Juan Robión.

Tuvo sólo poco más de un siglo de existencia, pero la misma fue intensa. Por la Puerta de San Fernando salió de Sevilla el Rey Fernando VII y por ella entraron en la ciudad los Duques de Montpensier. Y fue también la primera portada de la Feria de Abril desde la instauración de ésta hasta que en 1868 la puerta fue demolida.


11. Puerta de la Carne
La puerta antiguamente llamada de Vib Ahoar recibió el nombre de Puerta de la Carne a raíz de haberse establecido frente a ella y extramuros de la ciudad el mercado de la Carne. La puerta fue reconstruida en 1577 por orden del asistente Francisco de Zapata, Conde de Barajas y finalmente demolida en 1864.


12. Puerta de Carmona
De la Puerta de Carmona partía la antigua Vía Augusta trazada por los romanos que llevaba hasta Roma. Y junto a esta puerta entraba a la ciudad el agua que, a través de los Caños de Carmona, se traía desde los manantiales de Alcalá de Guadaíra. El Conde de Barajas mandó reconstruir en el año 1578 la puerta este de la ciudad, una de las más notables de las que albergaba la muralla. En 1868, en el transcurso de la Revolución Gloriosa y a pesar de la oposición de los alcaldes del barrio y los vecinos, la Puerta de Carmona fue demolida.


13. Puerta Osario
La denominación de Osario tiene una explicación basada en la legendaria existencia de un cementerio mahometano a extramuros de esta zona de la ciudad. La puerta era baja y sin ornamentación, estando flanqueada por dos torres almenadas. En su interior había un altar dedicado a la Virgen del Rocío, con una pintura donde se representaba a la misma.


La Puerta Osario fue derribada en 1848 y reconstruida algunos años más tarde. Sin embargo, la nueva puerta tendría una existencia breve, pues sería demolida definitivamente en 1868.

Vía: ABC

Comentarios