El efecto invernadero actúa en la atmósfera y, por ende, en el planeta Tierra.

El efecto invernadero actúa en la atmósfera y, por ende, en el planeta Tierra.
El efecto invernadero actúa en la atmósfera y por ende en el planeta Tierra, de la misma forma que lo hace un invernadero tradicional con el que se consigue conservar el calor y la humedad para que no escape al exterior. Un proceso, que lejos de ser negativo, es de vital importancia para la vida en la Tierra, puesto que sin este efecto invernadero, la Tierra sería 30º Celsius más fría que ahora, con lo que toda la Tierra estaría congelada y no sería posible la vida.

En realidad es muy sencillo: la irradiación de onda corta del sol atraviesa la atmósfera sin grandes obstáculos y llega a la superficie terrestre. Allí esa irradiación se convierte en irradiación térmica, en calor, y luego la superficie de la tierra refleja de vuelta esa irradiación térmica, ese calor. Pero debido a los gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, vapor de agua, metano y óxido nitroso), esta irradiación térmica no escapa al espacio y es nuevamente absorbida o reflejada de vuelta, es decir, que se produce una retención del calor en la superficie de la Tierra. Lo alarmante es que hemos llegado a un punto en el que la superficie terrestre no debería seguir calentándose más.

En el año 1800 la cantidad de metano en la atmósfera era de 0,7 partes por millón, hace relativamente poco tiempo se produjo una subida de 1,773 partes por millón, es decir más del doble. Sin embargo entre los años 1999 y 2006 las concentraciones se estabilizaron, aunque como era de esperar, en el último año ha vuelto a producirse una subida, siendo actualmente de 1,783 partes por millón. Demasiado en poco tiempo.

Los vacunos generan gran cantidad de metano debido al proceso de fermentación del alimento ingerido. En sus estómagos se procesan grandes cantidades de metano: 170 litros por res y día, habiendo quienes afirman que sería más correcto hablar de 300 litros, unos 44 kilos al año. Si en la Tierra existen unos 1.500 millones de vacas y 1.200 de ovejas, la cantidad generada alcanzaría unos 80 millones de toneladas, lo que sumado al que se genera por los excrementos, descomposición de materia orgánica, extracción y combustión de gas natural etc..., la cifra puede ser alarmante. Como alarmantes son las consecuencias que se derivarán de este proceso fuera de control y sobre el que apenas se actúa a nivel internacional. Sin lugar a dudas el cambio climático y sus efectos sobre la vida en la Tierra es el problema del siglo XXI. De hecho la NASA ya ha reconocido que el proceso de descongelación de los polos es irreversible.

Vía: Ecoportal

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