Peligro: el mar devuelve el barco fenicio.

El Ministerio de Cultura se compromete a desbloquear los trabajos de recuperación del pecio, que las corrientes amenazan con sacar del fondo del mar.


Dos buzos comprueban el estado de conservación del barco fenicio. :: ARQUA
El mismo mar que se lo tragó hace 2.700 años, en mitad de un temporal, parece querer devolverlo ahora. El barco fenicio hundido en la playa de La Isla se encuentra a solo 1,8 metros de profundidad, esto es, unos cuatro metros menos que cuando se descubrió hace veinticinco años. Esa elevación de la nave, debido a la brusca transformación que sufre dicha playa por un cambio en las corrientes marinas, pone en peligro esta joya de la arqueología subacuática, y el tiempo corre en contra. Así lo expuso el alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, en la reunión que ha mantenido en Madrid con responsables del Ministerio de Cultura. La advertencia que lanzó el primer edil parece que no cayó en saco roto, porque los altos cargos se comprometieron a desbloquear los trabajos en el yacimiento.
«Es urgente tomar medidas», valora un técnico de la Comunidad Autónoma que asistió al encuentro. Y lo primero que se hará es una prospección arqueológica para conocer cuál es la situación, a fin de disponer de toda la información necesaria antes de decidir sobre la puesta en valor de la famosa embarcación.
La próxima semana, el Ministerio debe decidir los detalles de este estudio: la superficie a abarcar en la exploración, los medios humanos y técnicos necesarios para los trabajos... El Ayuntamiento se ha mostrado dispuesto a colaborar en estas labores. «La máquina de la Administración se ha puesto en marcha», asegura el mismo técnico, lo que ya supone un avance para retomar los trabajos sobre el pecio fenicio, teniendo en cuenta la lenta burocracia de los despachos oficiales.
La prospección arqueológica ayudará a despejar dudas. Quizás la más importante es aclarar si en el fondo marino existen más barcos hundidos. Algunos especialistas han apuntado la posibilidad de que haya toda una flotilla. Además de esta exploración, en la reunión también se decidió convocar una comisión de expertos encargada de decidir qué hacer con el pecio ya localizado. Hasta ahora se han barajado dos posibilidades: extraerlo y exponerlo en seco en un museo o construir una urna de hormigón y cristal para mostrar la nave 'in situ'.
Las conclusiones de un congreso científico celebrado recientemente en Mazarrón sobre la nave fenicia apuntan a que la primera opción es la más viable para la conservación de este tesoro. Y en esta línea trabaja ya el Consistorio. De hecho, baraja dos emplazamientos para el futuro museo: unos terrenos municipales en la subida del faro y la Casa Rolandi, en la playa del Rihuete, una villa de veraneo de principios del siglo XX, de estilo neoclásico con toques modernistas. Esta propiedad todavía no es del Ayuntamiento, pero el alcalde ha llegado a una acuerdo con los dueños. Abonará 400.000 euros en dos pagos (la mitad este año y el resto en 2015) por el singular edificio, protegido por su relevancia cultural. De la conservación del pecio, se harían cargo los profesionales del Arqua de Cartagena.
Al encuentro celebrado en Madrid acudieron además de Campillo, el primer teniente de alcalde y próximo regidor, Francisco García, y un técnico del Servicio de Patrimonio Histórico de la Comunidad Autónoma. Por parte del Ministerio, estuvieron Enrique Varela, secretario general de Museos Estatales, y Esther Rodríguez, sudirectora general adjunta de Protección del Patrimonio Histórico.
La regeneración de La Isla.
También acompañó a la delegación murciana el jefe de la Demarcación de Costas del Estado, Andrés Martínez. Este departamento tiene pendiente de acometer, desde hace una década, la regeneración de la playa de La Isla. El proyecto de recuperación incluía, entre los trabajos previos, una prospección arqueológica debido a los importantes restos ya localizados.
La degradación que sufre esta playa (según Costas, por los vertidos mineros del Gachero) fue la que, parajódicamente, sacó a la luz el yacimiento fenicio. Ocurre que las escorias de una fundición, que estuvo funcionando desde 1886 hasta 1927, terminaron por modificar la dinámica del litoral, dejando la zona oeste de la playa sin arena.
La última revisión a fondo del barco fenicio se realizó en 2008, cuando un equipo del Arqua revisó la nave y consolidó las partes del casco más deterioradas. También se reforzó el arcón de acero que protege el pecio.
Vía: La Verdad

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