El yacimiento prehistórico de El Conejar (Cáceres) prepara su centenario.

La cueva, con restos de 8.000 años de antigüedad, fue presentada a la comunidad científica en 1916.

El equipo Primeros Pobladores anuncia que la fase de excavaciones
en la cavidad está prácticamente concluida.
Al lado del cartel que indica el nombre de la calle Beethoven, al abrigo del Santuario de la Montaña, perfectamente divisable desde esta urbanización de nombre Vistahermosa, a medio hacer debido a la crisis, se encuentra un vallado metálico con una pequeña puerta que está abierta. No es habitual. Se trata del acceso a la Cueva de El Conejar, de 8.000 años de antigüedad, que durante estos días puede ser conocida gracias al equipo Primeros Pobladores de Extremadura. Hoy, domingo, continúan las visitas guiadas a cada hora en punto, de 10 a 14 y de 17 a 20 horas.

Allí, a las puertas de la cavidad, el investigador Toni Canals explicaba ayer a un grupo de visitantes por qué es importante El Conejar. Lo es, aseguró, de forma individual, pues escasean las referencias a este periodo de tiempo concreto, la «transición entre el Paleolítico y el Neolítico», el momento en que las poblaciones que hasta entonces eran cazadoras y recolectoras pasaron a ser los primeros agricultores y ganaderos. La prueba del Carbono 14 es la que situó a El Conejar en este momento de la historia.

Y es importante también por su relación con las otras dos cuevas significativas de Cáceres, las de Maltravieso y Santa Ana. Las tres permiten componer un relato completo de la presencia del hombre en el Calerizo cacereño.

Un grupo de visitantes se dispone a entrar en el
interior de El Conejar // Armando Méndez
Primeros Pobladores comenzó sus excavaciones arqueológicas en este entorno en el 2000. Desde hace ocho años no han podido regresar al interior de Maltravieso, ya que la Junta de Extremadura considera que los trabajos arqueológicos pueden poner en peligro los restos de la cavidad, cuestión de la que Canals y su equipo discrepan abiertamente. Pero han tenido continuidad en Santa Ana (dentro del actual recinto militar del Cefot) y en El Conejar, hasta el punto de que se considera que esta última está «agotada desde el punto de vista arqueológico».

Durante este tiempo se han obtenido cerámicas, semillas y huesos (muy pocos humanos y de fase posterior pues también fue una necrópolis) de animales principalmente, como cabras y ovejas. Poco más, pues el lugar sufrió en el pasado un gran deterioro. La construcción de un pozo en su interior acabó con todos los sedimentos que podrían haber arrojado más información a los arqueólogos.

No obstante, El Conejar es «una ventana a la transición del Paleolítico Superior al Neolítico, y hay muy pocos yacimientos en el Suroeste español que aporten datos sobre ese periodo», insiste Canals, que se muestra ilusionado con las dos siguientes etapas que seguirán al fin de las excavaciones en este lugar. Por un lado, la elaboración y publicación de la monografía histórica que incluirá todo lo realizado en El Conejar.

Por otro, Primeros Pobladores ya ha comenzado los contactos, con el Consorcio Ciudad Histórica y con la Junta de Extremadura, para conmemorar el primer centenario de esta cavidad, antiguamente conocida por los cacereños como la 'cueva del oso', pero que el profesor Ismael del Pan situó correctamente en el Neolítico. Fue en el 1914, fruto de sus expediciones naturistas por los alrededores de aquel Cáceres, pero no fue hasta dos años más tarde, en 1916, cuando publicó y dio a conocer a la comunidad científica el valor real de la cavidad.

«Queremos hacer en 2016 un congreso y una gran exposición en el que se refleje todo el proceso de investigación llevado a cabo y realicemos la presentación de los materiales encontrados en el yacimiento, una vez que se hayan estudiado perfectamente. Aún falta la financiación, pero El Conejar y el Calerizo, merecen la pena», subraya Canals.

Vía: HOY

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