Museo de la prehistoria tecnológica.

El vestíbulo de Industriales acoge los fondos de la Cátedra Telefónica, con aparatos y dispositivos que ya están en desuso.
Museo de la prehistoria tecnológica.
¿Alguien se acuerda de cómo era el primer ordenador portátil? ¿Y de las tarjetas de memoria perforadas? ¿Qué fue de los disquetes? ¿Dónde está la primera cámara digital de la Universidad de León? Aparatos singulares que no hace tanto tiempo, sólo a finales del siglo pasado, irrumpieron en la vida cotidiana y en las clases de los universitarios leoneses y que en tan sólo unas décadas han quedado completamente relegados y atrapados por el olvido. La velocidad con la que avanzan las nuevas tecnologías ha ido devorando a sus orígenes para, poco a poco, convertirse en aparatos más pequeños, más invisibles y, sobre todo, más integrados en el día a día y colgados en la nube.
La Cátedra Telefónica ha propiciado la creación de un museo en la Universidad de León en el que se muestran todas estas herramientas que los profesores van donando y recuperando en las vitrinas que se reparten por el vestíbulo de Industriales. «Todas estos aparatos acabarían perdiéndose y es muy interesante que los universitarios conozcan cómo eran las antiguas tarjetas de memoria o un disquete de ocho pulgadas», explicó el director de la Cátedra de Telefónica y del Departamento de Informática de la ULE, Vicente Matellán, quien consideró que muchas de estas piezas dentro de unos años tendrán su valor.
El profesor Luis Panizo —muy implicado en este proyecto y que ha donado un gran número de objetos— asegura que el museo, «es parte de la historia de la ULE y del mundo a partir de 1982, aunque hay objetos más antiguos, como una radio que se podía montar por piezas de 1925».
Los dos profesores universitarios coinciden en señalar que la pieza más valiosa es el primer ordenador portátil, un Osborne 1, «que más que portátil era transportable por todo lo que pesaba». Radios, teléfonos y un sinfín de dispositivos forman parte de la muestra y de la colección, que no se muestra íntegra.
El profesor Panizo animó a profesor y alumnos a que cedan material a este museo para ir completándolo.

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