Localizan un hito de los límites de la Compostela medieval.

Está en Villestro e incluye un piedra con inscripciones y un monolito.
La laja con las inscripciones sostiene una cruceiro del XVII.
Compostela fue creciendo en círculos en torno a la leyenda de una tumba. Así fue configurando los llamados Xiros, o circunferencias concéntricas que tienen el eje principal en la catedral y que se fueron configurando a lo largo de los siglos IX, X y XI. El colectivo A Rula, un grupo de entusiastas aficionados a la arqueología que centra su actividad en la búsqueda y análisis de petroglifos, acaba de localizar un conjunto de extraordinario interés cuya misión sería indicar uno de los siete caminos que salían de Santiago, justo en el límite de uno de los puntos del Xiro da Cidade otorgado por Alfonso II en el año 834.

La Pedra da Legua está a poco más de cuatro kilómetros del Obradoiro, cerca de Roxos, en la parroquia de Villestro, en las proximidades del trazado actual del Camiño de Fisterra. Está formada por una piedra con inscripciones de diversas épocas, aunque una cruz patada de tipo visigótico era como las utilizadas por los monarcas asturleoneses, por lo menos desde Alfonso VII hasta Alfonso X, según sostienen los miembros de A Rula. Hay que añadir también un cruceiro de una sola pieza y con inscripciones, de 1760, que ni siquiera está catalogado en el plan general de Santiago, y un monolito situado a unos cien metros en una finca particular.

El grupo descubridor considera «incomprensible a súa situación actual e o esquecemento total deste conxunto tan singular». Y más tratándose de lo que se puede considerar «unha das poucas testemuñas directas da formación e consolidación do señorío eclesiástico de Compostela e da propia cidade».

La Pedra da Legua está justo a unas tres millas romanas de la catedral, la distancia que una persona podría recorrer en una hora. Había referencia a ella en algunas publicaciones, como la de Manuel Vilar en relación al Camiño de Fisterra, pero se desconocía su localización exacta y estado actual. Los miembros del colectivo A Rula se encontraron en una visita al lugar con la laja con grabados debajo de la conocida como Cruz da Legua, y cerca de ella el monolito de grandes dimensiones.

Empezaron entonces las comprobaciones consultando documentación diversa en torno a los Xiros da cidade de Santiago, los archivos de la catedral y los estudios de Fernando López Alsina y Álvaro Rodríguez Resino. Tras el descubrimiento de la tumba apostólica (813) y la construcción de la iglesia bajo el patronato de Alfonso II, en la Villa Sancti Iacobi, se le agregó un primer espacio de 60 kilómetros cuadrados en el 834.

De este tiempo podrían ser algunos los escritos de la Pedra da Legua, que está bajo la maleza, en el posible paso de uno de los siete caminos de Compostela, en concreto del que se dirigía a Fisterra y Noia. En A Rula creen que el conjunto forma uno de los siete milladoiros de Santiago, que fueron sustituidos por pequeñas capillas. El de Villestro viene a alimentar el misterio, en este caso bajo los tojos.

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