En la imagen, músicos medievales cantan a la Virgen y al Niño. |
El villancico
tiene su origen en la Edad Media aunque, en un principio, no estaba relacionado
plenamente con la navidad. Se trataba de sencillas canciones, relacionadas con
lo popular y con lo rural, cuya finalidad era la de expresar, de forma alegre,
ciertos acontecimientos que se producían en las villas medievales. Tratan de
temas como el amor y el desamor, la muerte y, en general, todo aquello relacionado
con la vida de los pueblos. Su nombre, como es evidente, se debe a que eran
composiciones elaboradas y cantadas por la gente de las villas.
La Iglesia, al percatarse de que los villancicos eran sencillos y pegadizos, los vio como una forma perfecta de divulgar algunas escenas de los Evangelios como, por ejemplo, el nacimiento de Jesús. Así, se comenzaron a adaptar las letras y los soniquetes de numerosas canciones al ámbito religiosos. Las cantinelas sencillas se comenzaron a relacionar con el nacimiento de Jesús y la Navidad se llenó de cancioncillas sencillas, fáciles de recordar, con rima fácil y, sobre todo, con letras muy pegadizas.
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