Fémur de saurópodo. |
Hace
140 millones de años los saurópodos eran los reyes de la selva. Su tamaño hace
insignificante al más grande de los elefantes: podían llegar a medir
hasta 40 metros y pesar hasta 90 toneladas. En los yacimientos de Agneac,
en Charente (Francia), se hallaron en 2010 fósiles de algunos de los saurópodos
más grandes del mundo.
Estos
hallazgos se exponen ahora en el Museo de Historia Natural de París.
Un fémur, varias vértebras, dientes y otros restos que permanecían ocultos y
que han sido recuperados gracias a estas excavaciones. En total se han
encontrado cerca de 2.000 piezas en esta zona, pero en la exposición parisina
se exponen solo algunos ejemplares.
Bajo
el título 'Dinosaures, la vie en grand', la exhibición trata de explicar cómo
vivían estos gigantes herbívoros: se explora su biología y se
recrea su hábitat a través de dispositivos interactivos y didácticos que
permiten, por ejemplo, tocar los dientes de uno de estos colosos.
Un
grupo de paleontólogos, botánicos, nutricionistas y biólogos se han encargado
de recrear este parque Jurásico, que permite conocer, por ejemplo, qué
comían y donde encontraban su alimento estos animales. No era una labor
fácil pues necesitaban 100.000 calorías diarias para mantenerse en pie y no
podían correr más allá de los 40 kilómetros por hora debido a su peso.
600 litros de sangre.
Además,
por sus venas circulaban hasta 600 litros de sangre y cada vez que respiraban a
sus pulmones llegaban 75 litros de aire. Sus huevos tenían el tamaño de un
balón de fútbol y al nacer, las crías pesaban alrededor de 5 kilos, aunque
multiplicaban su peso por 10.000 en la edad adulta.
En
la exposición se muestra, por ejemplo, la reproducción de un dinosaurio
de 18 años, que mide más de tres metros de altura y 18 de largo y cuya cola
es tan larga como la mitad de su cuerpo. También se ha incluido una maqueta a
tamaño real de una pierna de uno de estos ejemplares, de 5 metros de altura.
Además,
un fresco de siete metros de largo recrea con detalle el entorno del
citado yacimiento de Angeac hace 130 millones de años. Este es el
único terreno en Francia en el que se sabe que vivieron estos colosos de la
naturaleza.
Vía: El Mundo
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