Titulcia, un yacimiento arqueológico carpetano, romano e islámico, ha sido declarada Bien de Interés Cultural.


El enclave arqueológico de Titulcia, a 40 kilómetros al sur de Madrid, donde Carpetania, Roma y el islam dejaron profundas huellas de un pasado cuyos vestigios afloran incesantemente desde hace siete años, es desde hoy Bien de Interés Cultural (BIC). Así lo ha dispuesto el Consejo de Gobierno regional que, a través de la Dirección General de Patrimonio de su Consejería de Cultura, aplica la protección máxima para este yacimiento, considerado como uno de los más ricos y diversificados del territorio madrileño, cuyas excavaciones financia y gestiona desde 2005 con la colaboración del Ayuntamiento de la que fuera llamada Bayona del Tajuña hasta el siglo XVIII, en que Titulcia recuperó su nombre de origen romano.

La protección afecta a una superficie de 343 hectáreas, con zonas arqueológicas carpetanas, romanas y árabo-musulmanas. Nueva hectáreas, sembradas de vestigios de la civilización de Carpetania, primer territorio establemente poblado de la región madrileña, están siendo excavadas en la actualidad por un equipo de veinte especialistas, desde restauradores a arquitectos y antropólogos, que dirige el arqueólogo José Polo y supervisa Inmaculada Rus, arqueóloga del Gobierno regional, que señaló la entidad del yacimiento y ha instado la incoación del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural.

La alegría era evidente al conocerse la noticia de la declaración oficial, señaladamente entre los arqueólogos José Polo y Carmen Maira Valenciano, así como por parte de Fuencisla Molinero, alcaldesa de la villa meridional madrileña, “porque es la llave”, según reconocen, “para abrir el proceso de construcción de un centro de interpretación de la arqueología del área, que va a ser construido sobre una parcela de suelo municipal dispuesta ya para acogerlo”. La alcaldesa recuerda que el futuro centro de interpretación, que dispondrá de dos plantas y cuyo proyecto ya está aprobado, “forma parte del programa electoral de la presidenta del gobierno regional, Esperanza Aguirre”.

Broches, espuelas y fíbulas.

Los últimos hallazgos encontrados en Titulcia datan de hace apenas unos días, cuando fueron encontrados allí casi a ras del suelo un broche de manteo, una pareja de pesadores, espuelas y fíbulas, todos ellos en bronce, recubiertos del verdín broncíneo acumulado desde hace 24 siglos, en la Segunda Edad del Hierro, pero con suficiente integridad material como para percibir la sutileza de sus diseños.

 “Hemos tenido la suerte de encontrar asimismo los restos fosilizados de un perro de los pobladores carpetanos, que presenta visiblemente toda su columna vertebral, más una cadena eslabonada de hierro conservada anudada a su cuello”, explica José Polo, que es arqueólogo municipal honorífico de Titulcia junto con su compañera Maira Valenciano, también arqueóloga, quien explica otro importante descubrimiento: “En el cuello de una de las vasijas cerámicas halladas hemos encontrado, fosilizados, restos de una cuerda de esparto que sujetaba a la pared el recipiente, que contuvo grano o miel”. Por tratarse el esparto de material orgánico, el hallazgo ha permitido corroborar su datación, que los arqueólogos sitúan cuatrocientos años antes de nuestra era.

Madera fósil intacta.

Igualmente, dos cuchillos de hierro, uno de ellos de más de un palmo de longitud, mostraban casi intactas sus respectivas empuñaduras de madera, codiciado hallazgo dada la singularidad orgánica de este vestigio de tan difícil conservación.

Por otra parte, en la zona meridional de Titulcia, las excavaciones han permitido localizar restos de un sofisticado sistema defensivo aterrazado, con un zócalo pétreo y dos rellanos contiguos, que señalan la existencia allí de un potente parapeto escalonado que aprovecha el talud existente. Sin embargo tal protección no pareció servir de mucho a sus moradores carpetanos, ya que abandonaron súbitamente el enclave dejando numerosos objetos como la llamada Medusa de Titulcia, una joya ornamental carpetana, presumiblemente de uso ritual, única en España, consistente en una fuente de 18 centímetros de diámetro labrada en plata con sobredorado, que muestra un felino y varias serpientes. Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares.

El éxodo carpetano obedeció a causas todavía desconocidas y se cree que fue antes de la conquista por los romanos, a partir del siglo II de nuestra era, y también con antelación al cruce por la zona de las legiones de Aníbal, el caudillo cartaginés; ambos transitaban por la cercana vía romana descrita ya en el XXIV Itinerario de Antonino, que conducía desde la imperial Mérida, a través de la hoy aún ilocalizada Miaccum que los arqueólogos sitúan en las inmediaciones de Madrid, a Complutum (hoy Alcalá de Henares) y Cesaraugusta (Zaragoza). Los dorados campos de mieses hoy en granazón, tachonados por cipreses junto a la vía de piedra, así como la articulación del paisaje permiten evocar la estela de Roma, que dio nombre a esta villa madrileña a horcajadas de los ríos Jarama y Tajuña y que posee, además, en su subsuelo unas laberínticas grutas surcadas por decenas de galerías atribuidas a la misteriosa Orden religioso-militar medieval del Temple y que son objetos de reiteradas peregrinaciones esotéricas.

Extraído de El País

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