El patrimonio oculto de Salamanca.

La capital atesora restos arqueológicos que no pueden ser visitados por el público. Algunos están listos para verse, como las cabañas circulares de adobe del cerro de San Vicente.

Las cabañas de hace 2.700 años acogieron a los primeros moradores de la ciudad.
Salamanca cuenta con un patrimonio “oculto” destacado. En la capital hay restos arqueológicos que siguen sin ser visitables para el público, caso de las cabañas de adobe del cerro de San Vicente, los pozos de las nieves de Rector Esperabé y la Clerecía, así como el castro que apareció en la Rúa recientemente.

Las cabañas circulares de adobe se encuentran dentro del inédito Museo de Historia de la Ciudad, en lo alto del cerro de San Vicente. Estudiadas desde 1989 en diferentes campañas arqueológicas, son los vestigios que nos dejaron los primeros moradores que se asentaron en Salamanca hace la friolera de 27 siglos, en plena Edad del Hierro.

Recuperadas para ser mostradas al público —igual que los restos del desaparecido convento de San Vicente—, las cabañas que ocuparon nuestros antepasados más remotos, cuando se asentaron en el lugar más alto de la ciudad para poder defenderse, se encuentran en el interior del Museo de Historia, que, lamentablemente, sigue sin abrirse al público por falta de financiación para completar el proyecto.

El hallazgo de un pozo de las nieves (una estructura para conservar el hielo que después se comercializaba) en la calle Rector Esperabé fue dado a conocer en octubre de 2004 por el Ayuntamiento. La intención inicial fue rehabilitar el pozo y reorganizar la zona para que también se pudiera apreciar la muralla medieval del entorno, e, incluso, se pensó en construir un aula de interpretación cultural. Pero con la salida de Francisco Morales de la Concejalía de Patrimonio, el proyecto quedó en vía muerta, aunque el de Rector Esperabé no es el único pozo de las nieves de la ciudad. La Clerecía alberga otro aún más enorme y espectacular.

También permanecen sin restaurarse ni ser visitables para el público los restos que en 2011 aparecieron en la Rúa y que pertenecen a una puerta monumental de la muralla celtibérica, reforzada con bastiones semicirculares. Los expertos creen que podría tratarse de la antigua Puerta del Sol de la muralla.

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