Arqueólogos y vecinos trabajarán en equipo en la cima aramaioarra. La segunda fase de la investigación del poblado de la Edad de Hierro y la Guerra Civil finalizará a finales de mes .
La cima de Murugain será un verano más punto de encuentro de arqueólogos y vecinos, que trabajarán en equipo en la investigación del poblado de la Edad de Hierro y la Guerra Civil. Tras una primera fase de trabajos arqueológicos que dieron sus frutos el verano pasado, el ayuntamiento de Aramaio, en colaboración con la Asociación para la recuperación del patrimonio (AOBT), y la empresa Ondare Babesa volverán a retomar la semana que viene los trabajos de excavación.
El objetivo será el mismo: estudiar la técnica constructiva de la muralla que rodeaba el poblado de la Edad de Hierro y determinar su estructura, así como sacar a la luz restos de las trincheras del 36. Sin embargo, el trabajo en la cumbre de 778 metros, se verá reforzado con la ayuda de voluntarios, que realizarán labores de excavación manual bajo la dirección del arqueólogo Etor Telleria.
Para ello, han establecido días concretos hasta el final de la investigación, dentro de dos semanas. Los voluntarios trabajarán en 'auzolan' los días 18, 21, 25 y 28, de 9.00 a 14.00 horas. Todos los interesados pueden realizar la inscripción antes del martes, 17 de julio, en el ayuntamiento.
Alex Mendikute, miembro de la Asociación para la recuperación del patrimonio de Aramaio, se siente optimista y asegura que cuatro o cinco personas ya han mostrado su interés por el proyecto.
Tras esta segunda fase arqueológica y al igual que el verano pasado, según señala Mendikute, organizarán, esta vez en septiembre, visitas guiadas a Murugain, además de colocar paneles informativos en Aramaio, Untzilla y Murugain.
AOBT lleva ya cinco años apostando por el trabajo comunitario o 'auzolan', y la valoración es «positiva», según Mendikute. «Hasta el momento hemos realizado trabajos de acondicionamiento de caminos, como el de Txingurri, de escaleras como la de Andramari y de la fuente de Maskaño». El año pasado también trabajaron en el yacimiento de Murugain, que cubrieron para preservarlo de la intemperie y realizaron más búsquedas de trincheras. Este verano, volverán a ponerse manos a la obra en Murugain.
De poblado a trinchera.
El poblado de la Edad de Hierro de Mugurain fue descubierto en 1988 por J. A Mujika y C. Olaetxea. Desde entonces se han acometido varias excavaciones. Ese mismo año, una cata arqueológica dirigida por Carlos Olaetxea de Aranzadi descubrió veinte fragmentos de cerámica a mano y un fragmento de bronce decorado.
Quince años más tarde Xavier Peñalver y Sonia San José, también de Aranzadi, llevaron a cabo una intervención de valoración del impacto producido por la estación de telefonía móvil, de la que se localizó la estructura muraria que rodea el recinto de Murugain y su derrumbe, que alcanza más de cinco metros de anchura.
En 2005, la colocación de otra antena de telefonía móvil hizo necesaria una intervención arqueológica de urgencia, en la cuál se halló un supuesto espacio de ocupación delimitado por la muralla, donde se localizó material cerámico elaborado a mano.
La investigación de Ondare Babesa también localizó en julio del 2011 restos de cerámica, un molino de mano y varias piedras de afilar, pruebas irrefutables de la existencia de un asentamiento humano estable. La actuación arqueológica también permitió aflorar casquillos de bala, 60 latas y otros objetos bélicos, correspondientes a las tropas que permanecieron atrincheradas en esta cima de octubre de 1936 a abril del 37. Los últimos en protegerse en Murugain fueron los milicianos del Batallón Dragones que se vieron forzados a abandonar la zona tras el ataque de las tropas enemigas el 31 de marzo del 37.
Extraído de Diario Vasco
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