Expertos
de todo el mundo la estudiarán en julio; la prensa científica se hace eco.
En
el próximo mes de julio dará comienzo una nueva campaña de trabajos en la Cueva
del Ángel. El equipo dirigido por Cecilio Barroso y el arqueólogo municipal
Daniel Botella volverá al trabajo sobre el campo, después de que el pasado año
la campaña se limitará a trabajos de laboratorio.
La
campaña se dedicará al control de movimientos de tierras, tanto en la cobacha
exterior de la cueva -donde se van a retirar los grandes bloques de piedra que
aún quedan en la zona- como en el interior de la sima, gracias al tunel de
acceso a la misma construido recientemente. Una vez retiradas piedras y rocas,
el equipo de trabajo realizará algunos sondeos para determinar la existencia de
secuencias estratigráficas intactas con interés arqueológico. Desde la
dirección del equipo siempre se ha destacado la enorme potencialidad que
ofrecen estas dos zonas para conocer más sobre el modo de vida de esta
comunidad achelense, la cobacha como hábitat directo de la misma y refugio, el
interior de la sima como punto de vertedero de los desechos producidos por los
habitantes de la cueva a lo largo de miles de años.
Distintas
webs de arqueología internacionales publican en estos días el anuncio de las
nuevas excavaciones, que ha despertado un gran interés. Así, expertos de
numerosas universidades españolas, pero también de universidades europeas,
africanas, asiáticas y americanas, han manifestado su interés por participar en
esta nueva campaña.
Publicación
mundial.
A
ello ha contribuido la publicación hace dos meses en la revista científica
Quaternary International (Vol. 243), considerada como una de las más
importantes del mundo en su sector, de un extenso artículo de 22 páginas con
los resultados de las excavaciones llevadas a cabo en este habitat único de
preneardentales en el sur de España, en el que se destaca el trabajo realizado
desde el año 2005, con el inicio de la campaña de excavaciones sistemáticas,
que ha permitido a los investigadores determinar la correspondencia de la cueva
con un episodio del Pleistoceno Medio y principio de un Pleistoceno Superior,
con una industria achelense aún no desarrollada, alejándose así de las
contemporáneas culturas musterienses que se desarrollan en la Península Ibérica
y Europa Occidental. Según el estudio publicado por esta pretigiosa revista científica,
el grupo taxonómico mejor representado es el de los grandes herbívoros, sobre
todo el caballo, seguida de los bóvidos. Del estudio se desprende que los
animales fueron llevados enteros o en grandes trozos a la cueva y consumidos
después de haber sido cazados en el entorno cercano. Sus ocupantes eran
cazadores y la cueva era usada como atalaya y refugio.
Extraído de ABC
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