La sede del CCAN, desalojada por el Ayuntamiento hace meses, escondía un auténtico ‘tesoro’ romano. Las excavaciones que se están llevando a cabo en el inmueble, que en el futuro se convertirá en aula arqueológica del León Romano, han sacado a la luz fragmentos de una veintena de corazas de soldados de la Legio VII. Una auténtica ‘mina’.
Unos hallazgos sin precedentes, según el arqueólogo municipal, Victorino García, «tanto por la cantidad como por la calidad de las armaduras que han aparecido». Y eso que apenas se ha excavado en una mínima parte en este lado del edificio, por lo que no se descartan nuevos descubrimientos en los próximos días, que convertirían a la Casona de Víctor de los Ríos en un enclave de excepcional valor.
En la parcela de 800 metros cuadrados que hay en la trasera del edificio ya aparecieron a finales de los años noventa las primeras pruebas de la existencia de la Legio VI. En aquella excavación se extrajo parte de la coraza de un legionario, que hoy puede contemplarse en una vitrina del Museo de León.
Hace un año los trabajadores de Decolesa, empresa que está restaurando el edificio de Puerta Castillo, descubrieron en el subsuelo de la Casona de Víctor de los Ríos una lucerna (lámpara de aceite) y restos de otras tres corazas romanas.
Ahora, en la parte de la Casona que ocupó durante décadas el CCAN, han aparecido importantes piezas delorica segmentata, la armadura que utilizaban los soldados romanos.
Se trata de un tipo de coraza que supuso toda una revolución, porque se desmontaba con facilidad — soltando las hebillas y cierres, que se ajustaban con tiras de cuero—, era más cómoda de llevar, se podía guardar en un espacio más reducido y, por tanto, era más fácil de transportar, puesto que era posible separarla en cuatro secciones.
El nombre de la coraza que usaban los legionarios —lorica segmentata— hace alusión a la división en placas metálicas de la armadura que portaban las legiones en la época de máximo esplendor, ya que eran muy costosas y exigían hábiles herreros en su confección. Un hallazgo insólito
Para valorar la importancia de los hallazgos de Santa Marina hay que tener en cuenta que uno de los grandes hitos arqueológicos fue el descubrimiento, en 1964, en las excavaciones en Corbridge (Reino Unido), de fragmentos de tres loricas.
Sólo los legionarios, y a veces los pretorianos, llevaban armaduras como las halladas en la Casona de Víctor de los Ríos. Las fuerzas auxiliares, en cambio, portaban la lorica hamata (cota de malla) o la lorica squamata(armadura de escamas de metal superpuestas). Debido a su particular estructura, la construcción de la lorica segmentata era muy costosa; por ello, entre los siglos II y III, este tipo de armadura dejó de usarse.
Las obras en la futura sede del León Romano, que comenzaron hace siete años, se prolongarán hasta el 2013, después de que el Ministerio de Cultura haya habilitado una partida de 568.610 euros para el actual ejercicio y otros 654.258 euros para el próximo.
Extraído de Diario de León
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