Las alcazabas marroquíes, víctimas de abandono.



La falta de inversión en la "economía cultural" y de sensibilización con el patrimonio histórico ha hecho que muchas alcazabas en Marruecos se hayan deteriorado por el paso del tiempo, el vandalismo y las inclemencias meteorológicas.
En la alcazaba de la ciudad costera de Azemmour, colonizada por los portugueses en 1513, los cañones oxidados que datan de aquella época están ahora tirados en el suelo y rodeados de basuras.
Famosa también por los viñedos que la rodean, la alcazaba de Boulaouane, que forma parte de las 76 fortalezas construidas por el sultán Mulay Ismail en el siglo XVII, es otro ejemplo del abandono que sufre el patrimonio histórico marroquí.
"Alcazabas como la de Boulaouane (cercana a Casablanca) necesitan mucho dinero para ser restauradas, pero el Ministerio de Cultura no puede hacer frente a estos gastos en solitario, y en Marruecos no hay inversiones privadas en economía cultural", explica a Efe Abdellah Salih, director de Patrimonio Cultural del ministerio.
Salih comenta que otro de los inconvenientes "es que muchas veces en las alcazabas vive gente, y si se interviene hay que realojarla en otros lugares", lo que supone un problema suplementario que se añade a la falta de fondos y a la dificultad de preservar la seguridad del lugar una vez restaurado.
"Cuando se consiga financiación se salvarán los grandes monumentos, se les dotará de una función cultural y supondrán un impacto económico y social", afirma esperanzado Salih, quien subraya la "importancia de sensibilizar a las personas" en este ámbito.
La alcazaba de Mehdia, a 30 kilómetros al norte de Rabat, es otra muestra de abandono pero también de los esfuerzos de rescate: esta fortaleza llevaba décadas descuidada, llena de desechos y vidrios. Ni siquiera con los trabajos de restauración de la parte del palacio resulta fácil imaginar el glorioso esplendor que un día tuvo.
Refugio de portugueses, colonizada por los piratas, en 1614 los españoles expulsaron de Mehdia a los corsarios y durante los 67 años que estuvieron allí construyeron gran parte de la alcazaba hasta que fueron desalojados por las tropas de Mulay Ismail. Varios siglos después, en el desembarco de los estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, en 1942, el enclave sufrió importantes destrozos.
Hoy son los propios estadounidenses los que han financiado junto a la Dirección marroquí de Patrimonio Cultural de Marruecos (con 76.000 euros y 17.000 euros, respectivamente) los trabajos de restauración parcial del palacio de Dar al Makhzen, construido por el sultán Ismail y centro de la alcazaba.
La Asociación de licenciados del Instituto Nacional de Ciencias de la Arqueología y del Patrimonio (ALINSAP) encargada de la operación advierte sobre "el estado general de abandono en el que se encuentra el lugar", que se ha marcado como objetivo albergar actividades culturales.
"Todos los esfuerzos realizados serán en vano si no se llevan a cabo más operaciones para salvaguardar la alcazaba", señalan con preocupación desde ALINSAP, mientras hacen hincapié en la importancia de sensibilizar a la sociedad civil sobre el valor y la protección de estos patrimonios para que alcazabas como la de Mehdia no queden reducidas a un campo de ruinas.
Extraído de ABC

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