La imagen del cerebro puede resultar grotesca para la vista, sin embargo, desde el punto de vista científico, representa un paso importante para saber cómo es posible que un cerebro de hace 2,500 años de antigüedad pueda preservarse en un estado aceptable, sobre todo cuando se sabe que que el cerebro es el órgano que sufre con mayor rapidez procesos de descomposición por la gran cantidad de materia grasa que posee.
Según afirman investigadores de la Universidad de York en Inglaterra, este cerebro corresponde a un hombre que vivió en la región de Heslington en Reino Unido (entre el 673 y el 482 A.D.C), y que tenía una edad de entre 26 y 45 años. Algunas de sus vértebras del cuello y mandíbula encontradas indican también que esta persona fue colgada y posteriormente decapitada. El resto de su cuerpo no fue encontrado debido a que, se cree, fue quemado rápidamente poco después de su muerte.
Más allá de este hecho que en sí mismo resulta aterrador, lo más relevante del descubrimiento es que arroja luz sobre cómo el cerebro humano puede ser preservado en condiciones naturales por largo tiempo (aunque el cerebro de este hombre se haya reducido casi a la mitad).
La hipótesis que barajan los científicos es que, después de su muerte, este hombre permaneció en una zona donde había mucha humedad; humedad que produjo cambios químicos en su cerebro, debido también a la ausencia de oxígeno. Recordemos que el oxígeno es uno de los elementos químicos que producen mayor corrosión y oxidación en las cosas.
Extraído de Circuito Aleph
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