Un 'cofre' para El Carambolo.

Un cofre sirve para guardar un tesoro. Pero la pregunta es: ¿Puede un edificio histórico funcionar como tal? ¿Un sótano oscuro puede convertirse en una sala llena de luz? Todo depende de la arquitectura. El proyecto de remodelación del Museo Arqueológico de Sevilla en el que trabaja desde hace unos meses el estudio del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra permitirá a los sevillanos contemplar de forma permanente una de las grandes joyas de la secular historia de la ciudad: la mítica colección de objetos de origen fenicio hechos en honor del dios Baal y la diosa Astarté, aparecidos en uno de los cerros de la localidad de Camas. El tesoro de El Carambolo se ubicará así en un contenedor que en buena parte es herencia histórica, pero que al mismo tiempo se convertirá, cuando termine su remodelación integral, en un edificio de corte contemporáneo. Antiguo y actual. Una mixtura entre la llamada Sevilla clásica, uno de cuyos principales cánones estéticos es el estilo regionalista instaurado al calor de la Exposición Iberoamericana de 1929; y la ciudad contemporánea. Esa otra Sevilla que aspira a convertirse en digna referente arquitectónica de la evolución del movimiento moderno que, entre otros, iniciase el suizo Le Corbusier.
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