«La Inquisición de Llerena fue la más agresiva de todo el reino».

Fermín Mayorga es natural de Cheles, tiene 43 años y en la actualidad ejerce profesionalmente de cocinero en Madrid. Desde hace cinco años lleva investigando la Inquisición de Llerena en el Archivo Histórico Nacional, así como en el Archivo de Simancas. Un trabajo que le ha servido para firmar artículos en diversas publicaciones y revistas especializadas. Ahora todos esos conocimientos los está trasladando por toda la región a través de conferencias que imparte en diversas localidades. Hace unos días estuvo en Villanueva de la Serena, y allí reflexionó sobre el Santo Tribunal.

-¿Qué le llevó a adentrarse en el estudio de la Santa Inquisición y de los herejes?

-Me llevó el hecho de comprobar que el tema no está tratado profundamente en Extremadura. La Inquisición de Llerena es la gran desconocida para los extremeños. Nos hemos ocupado más de investigar América, las órdenes militares, castillos o imágenes y hemos dejado de lado una realidad histórica que durante casi cuatro siglos convulsionó a la sociedad extremeña. Por ello, me surgió el interés por descubrir los trágicos acontecimientos que les tocó vivir a miles de extremeños, que solo por pensar de forma diferente se vieron obligados a comulgar con ruedas de molino.

-¿Cree entonces que hay en Extremadura un deseo por no remover todo lo que rodea a la Inquisición?

-No lo creo así, aunque lo cierto es que hoy por hoy es una de las asignaturas pendientes de la Universidad de Extremadura. Carecemos de jóvenes que hayan optado por preparar una tesis doctoral sobre el tema o investigadores dispuestos a dar a conocer los autos de fe celebrados en la villa de Llerena y todo lo que ocurría en los mismos. También echo en falta un estudio profundo de las abundantes comunidades moriscas y judaizantes diseminadas por toda la región, y que junto con las brujas, bígamos, sacerdotes solicitantes y otros herejes, le dan a la Inquisición de Llerena un papel relevante en su momento, que propició que el miedo y el terror campara a sus anchas por todas las villas extremeñas.

-El tribunal de la Santa Inquisición de Llerena, ¿qué fama tenía a nivel nacional?

-La Inquisición de Llerena tenía fama de ser de las más agresivas del reino. En definitiva su fama respondía a la que tenían todos los tribunales del reino. Es decir, la población sabía que caer en las redes de la Inquisición era condenar al reo, posiblemente, a ser quemado en la hoguera, a galeras, a ser internado en las cárceles secretas de dicho tribunal, a que se le confiscasen sus bienes, a ser torturado en la cámara del tormento y a que toda su familia presente y futura sufrieran una de las mayores torturas psicológicas, como era la deshonra, por haber tenido en su núcleo familiar un familiar hereje.

-¿En qué ciudades de la comunidad autónoma se 'cebaron' más?

-Una de ellas fue Fregenal de la Sierra, donde fueron condenados más de 1.000 vecinos. En esta localidad existía una importante comunidad judaizante la cual fue prácticamente aniquilada entre 1491, y 1497. También se cebaron en Alburquerque, población que tenía un gran numero de seguidores de la ley de Moisés y donde la Inquisición tuvo que hacer dos autos de fe exclusivos para los habitantes de esta población que abrazaban el judaísmo. Lo mismo ocurría en Cabezuela del Valle, y otras muchas villas extremeñas donde los seguidores del Antiguo Testamento sufrieron el escarnio cruento del tribunal. En cuanto a poblaciones con comunidades moriscas, Hornachos fue quizás la más perseguida por el gran número de sus miembros, donde prácticamente la totalidad de la población eran seguidores de Mahoma. Pero hay que decir que la Inquisición de Llerena no fue capaz de acabar con dichos seguidores de Alá en esta villa, y como último recurso el Rey ordenó la expulsión de todos los moriscos del reino en 1609, siendo prácticamente en su totalidad los vecinos de Hornachos expelidos de su pueblo y tierra natal. También se expulsaron de otras poblaciones como Magacela, Benquerencia, Mérida, Puerto de Santa Cruz, Villanueva de la Serena, Zafra, así como otras muchas comunidades moriscas más pequeñas diseminadas por muchísimos pueblos de Extremadura.

-¿A quién persiguió más la Inquisición en Extremadura?

-Las dos comunidades más perseguidas fueron los moriscos y la judaizante, sobre todo la primera, porque los miembros de dicha comunidad solían ser los ricos de la población, mercaderes, hombres de negocios, los cuales tenían unas muy buenas haciendas. Aquí encontró la Inquisición una veta económica importantísima para llenar sus arcas. Y es que a todos los reos condenados se les confiscaban sus bienes, se les quitaban sus haciendas, casas, tierras, así como el dinero que tuvieran. De esta forma, el Santo Tribunal mataba dos pájaros de un tiro, ya que por un lado no dejaba que fraguasen otras formas de pensar y propiciaba el avance de ciertas espiritualidades religiosas, a la vez que, con la usurpación de los bienes de los reos, aumentaba sus ganancias el fisco real y el propio tribunal eclesiástico. También fueron bastantes brujas las condenadas, la mayoría de ellas asentadas en pueblos cercanos a la raya de Portugal. En base a los expedientes inquisitoriales que he consultado, tengo que decir que si en Extremadura hay localidades a las que se le debería denominar 'pueblos de brujas', al menos documentalmente, esas villas serían Jerez de los Caballeros y Fregenal.

-¿Recuerda algún caso curioso que se juzgara o qué le haya llamado la atención en su investigación?

-Hay muchos casos curiosos. Me acuerdo de un obispo condenado por practicas homosexuales con uno de sus pajes y un sobrino de éste en Berlanga y Campillo de Llerena. También destacaría el caso de un convento de Badajoz, donde las monjas llevaron al Obispo un niño recién nacido parido por una monja y cuyo padre era el chantre de la catedral de Badajoz. O el caso curiosísimo de la clériga de Zafra, un sacerdote de dicha ciudad al que la población conocía con dicho nombre. Un sacerdote que era hermafrodita y tenía los dos sexos, aunque tenía más desarrollado el femenino que el masculino, por lo que fue condenado por la Inquisición de Llerena por usar la parte activa de éste. Sus cómplices fueron dos jóvenes extremeños, uno de Almendral y otro de Bancarrota, los cuales tuvieron que declarar ante la Inquisición diciendo que cuando practicaban sexo con la clériga de Zafra lo hacían como si lo hicieran con una mujer, porque este sacerdote tenía natura de mujer.

-En cuanto a las condenas, ¿eran muy crueles?

-Entre las más crueles estaba la de ser condenado a la hoguera, a remar a las galeras de su majestad sin sueldo, a ser azotados con 200 latigazos y, sobre todo, las torturas. En la cámara del tormento de la Inquisición, situada siempre en los profundos sótanos del palacio de la Inquisición para que el resto de reos no escucharan los gritos de dolor del torturado, se vivieron escenas de verdadero terror. Cuento esto así como suena, porque los documentos inquisitoriales que he consultado hablan por si solos. En ellos he descubierto a personas a las que se le han roto brazos o piernas durante las torturas, o que se han suicidado de desesperación lanzándose el reo aun pozo común con pilar que se encontraba dentro de los corrales de las cárceles del tribunal. Allí los reos salían a asearse. Otra de las torturas, denominada 'la toca', consistía en dar a ingerir a un grupo de condenados vinagre, lo que suponía su muerte a los tres días a consecuencia de dicha ingesta. Todo un verdadero calvario.

-¿En qué líneas ha centrado ahora su investigación?

-Sobre todo en la línea de las comunidades moriscas de Extremadura. Hay que recordar que el próximo 2009 se celebran los 400 años de la expulsión de los moriscos de Extremadura y nuestra comunidad autónoma tiene mucho que decir al respecto. Sería una verdadera pena que el próximo año, tanto la persecución contra los moriscos en esta región como su posterior expulsión pasasen desapercibidos por no haber investigadores extremeños preocupados por el tema. Razón más que suficientemente para que las líneas abiertas en mí frente de investigación caminen por estos derroteros y, junto con otros investigadores, pudiéramos dar a conocer las persecuciones represivas puestas en marcha por la Inquisición de Llerena contra miles de hombres y mujeres de Extremadura cuyo delito fue pensar de forma diferente.
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Extraído de HOY

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