"Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad", decía Máximo Décimo Meridio, o lo que es lo mismo, Russell Crowe, en 'Gladiator', la película dirigida por Ridley Scott que recuperó el empolvado género hollywoodiense de las 'pelis de romanos'.
No podemos saber si lo que hizo Máximo mantendrá su eco durante toda la eternidad, pero sí podemos decir que, tras los 48 premios cosechados por la película —bombonas de gas, pantalones vaqueros y errores históricos al margen—, en 2008 el 'gladiador' vuelve a tener su minuto de gloria.
Esta vez se debe a la pericia de un equipo de arqueólogos italianos que ha encontrado su tumba. Bueno, la de Marcus Nonius Macrinus, el hombre que inspiró a Maximus para hacerse el duro ante los bárbaros y, también, para que el fornido general se llevara el Oscar al mejor actor. Cosas de la historia.
Fue a orillas del Tíber, cerca de la Vía Flaminia, al norte de Roma, donde el aguerrido hombre de confiaza del emperador Marco Aurelio —que, por cierto, nunca pisó la arena del Coliseo de la ciudad eterna, al menos no como gladiador— encontró el reposo.
Daniella Rossi, una de las arqueólogas encargadas de la excavación, ha dicho que se trata de una tumba monumental realizada en mármol sobre el que algún discípulo fervoroso, o un hombre bien pagado, cinceló el nombre del militar y cónsul general, cargo que el de Brescia —tampoco era emeritense, como se dice en la cinta— desempeñaba en la vida real.
"Se trata del monumento romano más importante de los descubiertos en los últimos 20 o 30 años", ha asegurado Rossi al diario británico 'The Times'. "Es excepcional encontrar algo así", afirmó la arqueóloga romana a cerca de la inscripción encontrada en la tumba. Eso sí, de "el general que se convirtió en esclavo, el esclavo que se convirtió en gladiador, el gladiador que desafió a un imperio", que rezaba la promoción de la película de Scott, de momento ni rastro.
Además del mármol y sus inscripciones, también se han encontrado varias columnas y decoraciones que han aguantado el paso de la historia, a pesar de que la tumba se vio anegada por el barro y parte de ella se había deslizado hasta el río cercano. Pero todo ha sido recuperado, según ha dicho Cristiano Ranieri, el encargado del equipo arqueológico.
Tras el hallazgo, los planes para la tumba pasan por su reconstrucción, no sólo por su valor arqueológico, que también, sino para poder transformarse en la joya de la corona de un posible 'Parque Arqueológico de la Vía Flamina', en cuyo circuito se podría incluir la Casa de la emperatriz Livia, la esposa del emperador Augusto, situada también junto a la vía romana.
Es lo que queda. Descubrir la historia de Roma a golpe de piqueta para poder enseñársela al mundo. Nada de fantasías, aunque muchos acudirán al falso tufillo que se desprende de la tumba de un hombre que nunca luchó en el Coliseo contra el dueño de un imperio.
Ahora le espera algo distinto. "La muerte nos sonríe a todos. Devolvámosle la sonrisa", decía Máximo-Russel Crowe en la película. Esperemos que, aunque sólo fuera por que el cine histórico acertara de vez en cuando, Marcus pensara también lo mismo. Así saldría mejor en las fotos que se le avecinan.
Extraído de El Mundo
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