La escritura contribuye a la formación de un Estado gracias a la normalización del conocimiento y a que las personas se ajustan a reglas uniformes
La escritura contribuye a la formación de un Estado gracias a la normalización del conocimiento y a que las personas se ajustan a reglas uniformes. Impone modelos fijos en el lenguaje, en la reglamentación de las mentes a través de la escolarización y en la transmisión de la ideología. Se imparte por tanto una información prescrita que a menudo se hace a través de un aprendizaje mecánico. La escritura es por tanto un poderoso instrumento de gobierno, sobre todo en la Edad Media.
La Iglesia, que hasta el siglo XVI no podía ser diferenciada del Estado, utilizó en la Edad Media la lectura y la escritura como un instrumento de gobierno. Por ejemplo, los niños de la época se iniciaban a la lectura en unos libros elementales de contenido religioso o de oraciones. Por tanto, desde temprana edad iban siendo introducidos en la ideología y la moral religiosa y, mediante la culturización, se iban creando nuevos fieles. Además, los monasterios y las abadías fueron, durante gran parte de la Edad Media, junto con las escuelas palatinas, los centros de cultura más importantes. Todo esto provocó que durante varios siglos la idea de cultura y escolarización fueran unidas a la de cristianismo.
La escritura también jugó un papel importante en el papado, sobre todo a partir del siglo XII, por medio de la burocracia que agilizaba la transmisión de leyes y mandatos.
Según Michael Clanchy, la escritura puede servir de disciplina auxiliar a un Estado para imponer unos modelos fijos; aunque también se sirve de otros medios como las armas, el dinero, etc. En la Edad Media, el mejor ejemplo de normalización del lenguaje es el latín medieval, que es la lengua tanto del gobierno imperial o real, como el de la Iglesia, en contraste con la variedad de lenguas vernáculas. El latín, al igual que los tipos de escritura, daba uniformidad a los gobiernos ya que era entendido en cualquier punto geográfico de un reino o de un imperio. Esto hacía más fácil y fluida la transmisión de las leyes del gobernante a su pueblo.
Con la Common Law, la monarquía inglesa había creado un sistema legal autosuficiente, que ya no dependía de la costumbre local, de la práctica eclesiástica o del derecho romano. Pero lo que realmente nos interesa de ella es que la separación que hace entre usus y scriptum, que se resolvió en la práctica con la utilización de la escritura en todos los pasos importantes de los procedimientos jurídicos. Para ello tuvo que producirse una normalización del lenguaje, mediante la escritura, y una serie de tipos documentales prescritos por los que guiarse. La escritura comenzó a tener un papel importante en el sistema jurisdiccional inglés, hasta tal punto que incluso el poder del Estado creció notablemente con la proliferación del documento. Esto se consiguió también haciendo que las personas se amoldasen a reglas externas de clasificación; y mediante la normalización y la despersonalización del poder, que permitían al rey automatizar el sistema de justicia.
El sistema de mandatos de la Common Law pautó las formas de demanda y convirtió los tribunales de justicia en aulas, donde los textos eran examinados.
La creación de esta compilación de leyes escritas servía de propaganda al Estado, pero de forma limitada ya que sólo podían leerla un grupo reducido de abogados y estudiosos. Mejor propaganda del poder real hicieron los propios mandatos reales, que se expedían en forma de carta “cerrada” y que sólo podían ser abiertas mediante la rotura del sello. En conclusión, una de las armas de poder más importantes de las instituciones medievales fue el fomento de la escritura y la lectura para imponer normas uniformes a la población. Fue utilizada como un instrumento político.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
El parlamento inglés frente al rey, sobre el año 1300 (fragmento) |
La Iglesia, que hasta el siglo XVI no podía ser diferenciada del Estado, utilizó en la Edad Media la lectura y la escritura como un instrumento de gobierno. Por ejemplo, los niños de la época se iniciaban a la lectura en unos libros elementales de contenido religioso o de oraciones. Por tanto, desde temprana edad iban siendo introducidos en la ideología y la moral religiosa y, mediante la culturización, se iban creando nuevos fieles. Además, los monasterios y las abadías fueron, durante gran parte de la Edad Media, junto con las escuelas palatinas, los centros de cultura más importantes. Todo esto provocó que durante varios siglos la idea de cultura y escolarización fueran unidas a la de cristianismo.
La escritura también jugó un papel importante en el papado, sobre todo a partir del siglo XII, por medio de la burocracia que agilizaba la transmisión de leyes y mandatos.
Según Michael Clanchy, la escritura puede servir de disciplina auxiliar a un Estado para imponer unos modelos fijos; aunque también se sirve de otros medios como las armas, el dinero, etc. En la Edad Media, el mejor ejemplo de normalización del lenguaje es el latín medieval, que es la lengua tanto del gobierno imperial o real, como el de la Iglesia, en contraste con la variedad de lenguas vernáculas. El latín, al igual que los tipos de escritura, daba uniformidad a los gobiernos ya que era entendido en cualquier punto geográfico de un reino o de un imperio. Esto hacía más fácil y fluida la transmisión de las leyes del gobernante a su pueblo.
El parlamento inglés frente al rey, sobre el año 1300 |
El sistema de mandatos de la Common Law pautó las formas de demanda y convirtió los tribunales de justicia en aulas, donde los textos eran examinados.
La creación de esta compilación de leyes escritas servía de propaganda al Estado, pero de forma limitada ya que sólo podían leerla un grupo reducido de abogados y estudiosos. Mejor propaganda del poder real hicieron los propios mandatos reales, que se expedían en forma de carta “cerrada” y que sólo podían ser abiertas mediante la rotura del sello. En conclusión, una de las armas de poder más importantes de las instituciones medievales fue el fomento de la escritura y la lectura para imponer normas uniformes a la población. Fue utilizada como un instrumento político.
Autor| José Antonio Cabezas Vigara
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Imagen| Wikipedia
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