Madre del universo y guardiana de las estrellas
Imagen meramente ilustrativa. |
La diosa Nut era una de las figuras más fascinantes y emblemáticas de la mitología del antiguo Egipto. Como diosa del cielo y creadora del universo, su rol dentro del panteón egipcio no solo era fundamental en los mitos de la creación, sino también en las creencias cotidianas de los egipcios sobre el ciclo de la vida, la muerte y la eternidad.
La bóveda celeste personificada
En el pensamiento egipcio, Nut representaba el cielo mismo, una inmensa diosa arqueada sobre la tierra, que tocaba el suelo solo con los dedos de sus manos y de sus pies. Esta imagen, a menudo retratada en pinturas y relieves en las tumbas, simbolizaba su función como puente entre los mundos terrenal y divino. Nut era considerada la protectora del universo, por eso envolvía toda la creación con su cuerpo estrellado.
Según los textos mitológicos, Nut era hija de Shu, dios del aire, y Tefnut, diosa de la humedad, y hermana de Geb, el dios de la tierra. La unión simbólica y, en algunas versiones, literal entre Nut y Geb daba lugar al nacimiento de los principales dioses del panteón egipcio: Osiris, Isis, Set, Neftis y, en ciertas tradiciones, Horus el Viejo.
Nut, la diosa egipcia del cielo. Vía: Wikipedia |
La madre del ciclo diario y eterno
Uno de los aspectos más impresionantes de Nut era su relación con el sol y las estrellas. En los mitos cosmogónicos se decía que, cada noche, Nut se tragaba al dios Ra en su forma solar al atardecer, para darlo a luz al amanecer. Este ciclo eterno simbolizaba el renacimiento diario y la perpetuidad del orden cósmico (el Ma'at). Así, Nut no solo era la madre de los dioses, sino también la dadora de vida para el sol y las estrellas.
Los egipcios veían en Nut a la protectora de los muertos. Su figura se dibujaba en la tapa interior de los sarcófagos, envolviendo así a los fallecidos con su cuerpo estrellado, lo cual era como una promesa de renacimiento y protección en el más allá.
La transgresión de Nut: el mito de los cinco días epagómenos
Un relato famoso involucraba la prohibición impuesta por Ra a Nut de dar a luz durante cualquiera de los 360 días originales del año egipcio. Nut, desesperada por traer al mundo a sus hijos, buscó la ayuda de Thot, el dios de la sabiduría, quien ideó un plan. A través de un juego de dados con la luna, Thot ganó suficiente luz para crear cinco días adicionales al año. Estos días, conocidos como epagómenos, estaban fuera del calendario oficial y permitieron el nacimiento de Osiris, Isis, Set, Neftis y Horus el Viejo.
Nut en la cosmología egipcia
Nut encarnaba la importancia del equilibrio y la interconexión en el pensamiento egipcio. Como madre del universo y puente entre la vida y la muerte, simbolizaba la unidad de opuestos: la luz y la oscuridad, el orden y el caos, el nacimiento y la muerte. Su presencia en textos funerarios como el Libro de los Muertos y el Libro de las Puertas reafirmaba su papel como guía y protectora de las almas en su viaje hacia la eternidad.
Nut sigue siendo un recordatorio de cómo las culturas antiguas interpretaban el cosmos no solo como un espacio físico, sino como un tejido vivo y divino, en el que los dioses personificaban las fuerzas esenciales del universo. Su historia, como diosa del cielo y creadora del universo, continúa fascinando a quienes estudian el antiguo Egipto y ofrece una visión única sobre la espiritualidad y la astronomía de una civilización que siempre miró hacia las estrellas.
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