La conquista romana de Mallorca

El poder de Roma se consolida en occidente

Según el historiador Diodoro de Sicilia, los honderos baleares “en la práctica
de lanzar grandes piedras con honda aventajan a todos los demás hombres
La conquista romana de Mallorca se produjo en el principio del final de la República, es decir cuando el sistema entraba en crisis por el gran poder que estaban obteniendo las clases altas de la sociedad (Optimates). La familia de los Caecilius Metelus pertenecía a éste grupo social, y en ella nació una importante figura para la historia de Mallorca; quine puso a la isla dentro del sistema romano: Quintus Caecilius Metelus Balearicus.

La conquista se produjo en el año 123 a. C. pero, ¿qué había pasado en Mallorca antes? Desde el 800 a. C. (ca.) se había desarrollado la etapa conocida como Talayótico, pero no era una sociedad aislada ni mucho menos; se han encontrado atisbos de contactos con comerciantes fenicios/púnicos (vía Ebusus) y griegos (vía Emporion). A partir del 123 a. C. Mallorca dejo de ser, así como Menorca, un pequeño rincón independiente en el Mediterráneo, perdiendo también su cultura propia que la diferenciaba como consecuencia de la romanización.

¿Por qué el 123 a. C. y no al acabar la Segunda Guerra Púnica? Se cree que la victoria romana habría supuesto la deditio de Ebusus (Ibiza), ya que la isla tenía una gran influencia púnica directa desde Cartago, y que la ínsula habría sido utilizada como punto de aprovisionamiento; mientras que Mallorca y Menorca no suponían ningún problema para el comercio romano porque los indígenas no representaban un problema militar. De todas maneras ésta teoría no deja de ser una hipótesis de los estudiosos ya que no se han encontrado indicios sólidos para ésta u otras teorías.

Escultura de Quintus Caecilius Metelus Balearicus
¿Qué sabemos con seguridad? Que desde la victoria romana sobre Cartago el Levante de la Península Ibérica era “el patío de recreo” de Roma; por tanto podemos ver como más allá de las Baleares los romanos tenían una fuerte presencia. De hecho, antes del 123 a. C. ya se controlaba gran parte de Hispania y de la Narbonense, por tanto la conquista del archipiélago balear suponía la consolidación de Roma en el Mediterráneo occidental.

En éste contexto se produjo la salida de los mallorquines al mar, es decir que empezaron actividades de piratería; ¿realidad o ficción romana? Tanto realidad como ficción se puede decir, pues es cierto que los baleares se dedicaban a la piratería pero los romanos son expertos en exagerar los acontecimientos para tener un casus belli (se vio con la Segunda Guerra Púnica cuando se proclamó la guerra a Cartago sin que los púnicos hubieses cruzado el Ebro). Otros motivos que encontramos para la conquista de Mallorca no provienen directamente de la isla sino de la propia Roma: Cayo Sempronio Graco había iniciado como tribuno de la plebs una importante reforma agraria que afectaba negativamente a las grandes familias romanas. Como ya hemos dicho, casualmente Quintus Caecilius Metelus Balearicus formaba parte de este grupo social.

Desconocemos los detalles exactos sobre la campaña militar, pero sabemos que los baleares resistieron primero por mar y posteriormente por tierra. La primera resistencia fue derrotada fácilmente, puesto que no tenían una gran tecnología naval; pero por la vía terrestre los honderos sí que pusieron en algún aprieto, no muchos, a los romanos. De todas maneras, Metelus consiguió conquistar Mallorca con dos legiones, es decir con un contingente de soldados bien preparados, con formaciones, y armados; mientras que los mallorquines, según las fuentes antiguas, eran como un rebaño: sin un orden ni una formación que pudiese facilitar su victoria, simplemente resistencia.

Aun así no fue sólo éste el motivo de la derrota mallorquina, pues muchos indígenas de la isla, sobretodo de las clases más altas de la sociedad, se habían aliado con los romanos para poder obtener beneficios después de la conquista (un comportamiento que también podemos apreciar en las clases adineradas de los pueblos de indígenas de la Península Ibérica). Éste fue el caso de la ciudad de Bocchoris (Pollença), ya que podemos ver cómo fue premiada con la consideración de ciudad federada.

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