El Victoria y Albert Museum presenta
una exposición en la que se hace un recorrido por el arte que se han inspirado en sus obras
Hace
unas semanas hablábamos de la vida y obra de
Sandro Botticelli (1445-1510), de cómo su obra permanece en la memoria
colectiva, ahora el Victoria y Albert Museum de Londres presenta una exposición
titulada Botticelli Reimagined,
donde queda bien claro este concepto y además el hecho de la importancia que ha
tenido para muchos otros artistas que se han basado en la obra del Florentino.
La
muestra, que abrirá sus puertas el 5 de
marzo y podrá visitarse hasta el 3 de julio,se divide en tres partes que suman aproximadamente 150 obras, la primera muestra unas 50 obras del propio Botticelli, otra muestra
los cuadros de los pintores prerrafaelitas que redescubrieron al maestro,
mientras la tercera aborda la influencia en todas las artes modernas.
La
musa es la imaginación inspirada que visita a un artista, una idea, persona,
imagen, concepto que se instala en su ánimo y le obliga a crear. La musa de Botticelli fue una mujer, la
que a los 16 años se convirtió en esposa de su amigo Marco Vespucci, Simonetta Vespuci. Toda la alta sociedad
florentina cayó bajo el influjo de esta mujer de rostro lánguido y modales
refinados, incluidos los hermanos Giuliano y Lorenzo de Medicis, sin embargo
ella fue siempre ejemplo de mesura y virtud. Sandro fue uno más, sin embargo
también fue único, la bella Simonetta fue su musa, la única dueña conocida de
su corazón, a la que convirtió en inmortal a pesar de que la tuberculosis la
hizo caer a los 23 años en los brazos de la muerte.
Todos los rostros de mujer del pintor
cuatrocentista, son el del su musa,
La Primavera y el Nacimiento de Venus nos la presentan como dulce Venus
adorable y etérea, sensual e ideal, pero también las Madonnas de sus cuadros
religiosos son Simonetta, la bella imagen de su musa no se extinguió jamás de
la mirada interna del pintor, que sólo pudo poseerla a través de la pintura,
ved como ejemplo a la Venus (Simonetta) que vence con su amor al guerrero Marte
(Botticelli).
Botticelli fue un hombre de carácter difícil,
tras disfrutar de las mieles del éxito renegó de todo y al final murió pobre y solo, su último deseo fue
ser enterrado a los pies de Simonetta y ahí yace unido a ella para siempre. Durante aproximadamente 300 años
Botticelli fue olvidado, su arte dormía junto al artista y su musa.
Los
tiempos evolucionan y con ellos los gustos y el arte, sin embargo siempre hay
un momento para mirar atrás. Los
prerrafaelitas ingleses fueron una asociación de pintores, poetas y críticos
ingleses fundada en 1848 en Londres por John Everett Millais, Dante Gabriel
Rosetti y William HolmantHunt. Rechazaban el arte académico y propugnaban un
regreso al detallismo y al lumínico colorido de los pintores primitivos
italianos y flamencos anteriores a Rafael.Dante
Gabriel Rosetti (1828-1882) era pintor y poeta, hacia 1869, adquirió en Christies un retrato de una
tal Smeralda Bandinelli atribuido a Boticelli por unas 20 libras. Desde el
principio él y el resto de prerrafaelistas se sintieron atraídos por el preciso
dibujo de Botticelli, por los rígidos contornos que delimitaban a las figuras, por
su conexión con la naturaleza y su amor al detalle.
Así
revive la musa, Boticelli se convierte
en musa y a través de él lo sigue siendo Simonetta, así vemos la
Dama de la Ventana (1870) o la Ghirlandata (1873) de Rosetti, TheMill
(1870) de Edward Burne Jones, The Orchad (1890) de Willian Morris.
Y una
vez resucitada la musa se convierte en parte de todos,Simonetta/Botticelli pasan a formar parte de la cultura popular y
los vemos manifestarse en los lugares y formas más insospechados, la pintura El
nacimiento de Venus de Walter
Crane (1877), o el surrealista Nacimiento de Venus de Magritte(1957); la escultura La Rinascita (1895) de EttoreXimenestridimensiona a la musa, Andy Wharhol toma el rostro de
Simonettay lo llena de colores pop, mientras Yin Xin nos descubre el rostro asiatico de Simonnetta y Dolce y Gabbana la convierten en
estampado de moda para un icono actual, Lady Gaga.
Pero también el séptimo arte se hace eco de la
Musa, un guiño, casi un tableaux vivant, cuando vemos en la primera
película de James Bond “Dr No” a una curvilínea
UrsulaAndress salir de las aguas con dos caracolas en las manos. O más
gráficamente a UmaThurman dentro de una concha en el film “el barón Münchausen”.
Y así
una y otra vez nuestra mirada es tocada por la musa Simonetta/Botticelli por
fin vivos para siempre pues forman parte del eterno imaginario de nuestro
inconsciente.
Autor| Ana
Rebón Fernández
Vía| Ana
Rebón Fernández
Imagen| Artelista
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